“Ramona Callejas cuenta El Vigía de aquel ayer”, de esta manera el doctor Ananias Márquez, inmortalizó en su canto popular  a este personaje que fue testigo presencial de la formación de la aldea de El Vigía, luego del restablecimiento definitivo en 1919 del ferrocarril y en el día de hoy se conmemoran los 94 años de su nacimiento.

 

Eudes José Blanco Prieto*

Ramona Callejas
Ramona Callejas

Su nombre real  fue Carmen Antonia Callejas, aunque se tenia pensado colocarle Ramona, pero por olvido de sus padrinos por un lado, y por otro, las personas que laboraban en los registros que apenas sabían leer y escribir, se le coloco el nombre de Carmen Antonia; sin embargo debido a que ya era llamada Ramona, fue conocida hasta su muerte, como “La Negra Ramona”.

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Nació esta representativa mujer del municipio un 01 de Agosto del año 1922, en la incipiente aldea.  Hija de Carmen Calleja, nieta de Mamasantos, quien llegara en 1915. La aldea de El Vigía, para esa época, según refiere el licenciado Orlando Carvajal Callejas, era un sitio en donde apenas vivían 50 personas que habitaban en casas construidas con caña brava. Carmen Calleja, la madre, monto una venta de comida conocida como pensión, aprovechando los pasajeros y trabajadores del ferrocarril para abrirse paso en la vida y criar a sus hijos.

Ramona, fue la mayor de cuatro hermanos: Ester, Gladis, y Víctor Hugo; por ello como se estilaba en ese entonces ayudo en la  crianza de estos por exigencia de su madre Carmen Calleja.

La infancia de Ramona Callejas, estuvo alejada de la actividad escolar, primero porque en la aldea no existían centros educativos que cumplieran la labor educativa, por ello apenas aprendió a medio leer y escribir con el famoso programa ACUDE en la década de los ochenta del pasado siglo. Por otra parte el ambiente familiar vinculado a la actividad ferrocarrilera, la llevo a realizar faenas desde muy niña propias de una persona adulta, pues junto a su tía La Negra Mache, debía ayudar en labores de cocina, moler el maíz para las arepas, moler vidrio para lavar las ollas, carretear el agua desde la mina en latas, labores que comenzaban a las 4 de la mañana y finalizaban bien entrada la noche, en la pensión que regentaba su madre.

La negra Ramona desde niña aprendió el arte culinario y al igual que su tía La Negra Mache, le fue reconocida sus cualidades gastronómicas por las exquisiteces que preparaba.

Ramona siempre mantuvo una preocupación por mantener unida a su familia, por ello que se dedicara en cuerpo y alma a su oficio de ama de casa. Siendo una adolescente procreo su primer hijo Ángel Alberto el mayor de los nueve que tuvo, le sigue Adán, cuyo padre fue el conocido José Muñoz. Posteriormente se unió a Cerafin Carvajal Pavón, con quien convivió hasta su muerte, y  tuvo sus otros siete hijos; Jorge, Carmen Felicita, Emma, Orlando,  Mari, Nixón y Yaqueline.

Su hogar se convierte en visita obligada donde compartían sus hijos, nietos y bisnietos quienes la llamaban cariñosamente “Abuela Ramona”. Siempre estaba rodeada de su familia sobre todo el mes de diciembre cuando se reunían para recibir el año nuevo en su última casa de habitación en la urbanización Lago Sur. Allí hizo prometer a sus hijos conservarla y aunque ella dejara de existir, permanecer unidos y reunirse para seguir recibiendo el nuevo año en armonía y alegría.

Sustantiva fue la labor social desarrollada por Ramona Callejas, abarcando los campos cultural, religioso y educativo, destacándose su acción  orientadora hacia la juventud y la infancia. A pesar de su casi analfabetismo, fue promotora de reuniones sociales, en las que se intereso por la organización de jornadas culturales, recreativas, musicales  en su propio hogar, creación de tertulias juveniles  orientadas a crear inquietudes en las nuevas generaciones.

En el barrio el Bosque su liderazgo encausó varias iniciativas en pro del desarrollo y bienestar de la comunidad, en este sentido, promovió la toma de la antigua escuela Chiguara en precarias condiciones, logrando la construcción de las actuales instalaciones donde funciona ese centro educativo.

Le fueron conferidos diferentes reconocimientos y condecoraciones por su loable labor en pro de su pueblo natal. Además hasta su muerte gozó del aprecio público y de innumerables amistades que reconocían en ella el ejemplo del progreso y amor filial, al hacer del trabajo creador su mejor emblema y de su lealtad inquebrantable timbre de orgullo ciudadano.

Fallece el 22 de febrero del 2001 a la edad de 79 años, logrando su objetivo fundamental que fue la consolidación de su hogar y el haberle proporcionado a sus hijos una formación integral que alcanzó el nivel universitario en la mayoría de ellos.

La mejor prueba de su  logro son sus hijos, todos ellos destacados en diversos campos del conocimiento y de la acción comunitaria, el mayor de ellos Ángel Alberto Callejas, se destacó en la educación trasladando desde la ciudad de Maracaibo a El Vigía la Unidad Educativa Pedro Pablo Barnola, antecesora de la actual Unidad Educativa Antonio José de Sucre. Por su parte, el doctor Adán Muñoz Calleja, fue el primer vigíense (nativo del municipio) que obtuvo el titulo de médico en la Universidad de Los Andes. Jorge Carvajal Callejas se ha destacado en el campo político, llegando  alcanzar la diputación en la antigua Asamblea Legislativa del estado Mérida. De Nixón Carvajal  Callejas, hay que destacar sus empresas periodísticas en la búsqueda de un rotativo para El Vigía hecho por vigíenses.

Merece mención especial el licenciado Orlando Carvajal Callejas, historiador,  que tiene en su haber ser el primer vigíense que ha publicado un libro de carácter histórico sobre el municipio: Historia de El Vigía 1898-1998, que parte fundamentalmente del desarrollo de la ciudad  a partir del ferrocarril Santa Barbará – El Vigía.

Sin lugar a dudas que no puede haber mayor y mejor tributo  a la memoria de Ramona Callejas, que uno de sus hijos haya  plasmado para la posteridad la historia de El Vigía vinculada al ferrocarril, como un homenaje póstumo y eterno a una mujer que su infancia y juventud se desarrollo en la aldea formada en torno a un árbol de Tamarindo, ubicado cerca de  la Terminal del ferrocarril.

* Historiadoreudesblanc@gmail.com