Las transformaciones producidas por la carretera Panamericana en El Vigía, en el municipio Alberto Adriani y la zona Sur del Lago de Maracaibo, son indiscutibles, de ahí que 62 años después de la inauguración del puente Chama este sea el símbolo cultural del desarrollo y progreso de la región.
Las transformaciones producidas por la carretera Panamericana en El Vigía, en el municipio Alberto Adriani y la zona Sur del Lago de Maracaibo, son indiscutibles, de ahí que 62 años después de la inauguración del puente Chama este sea el símbolo cultural del desarrollo y progreso de la región.
Eudes J. Blanco P.*
La inauguración del puente Chama por el presidente de la República Marcos Pérez Jiménez, el 8 de diciembre de 1954, más que enlazar dos tramos de la carretera Panamericana: Caja Seca–El Vigía y El Vigía–La Fría, permitió la culminación de esta importante vía iniciada en 1948, que origina la conexión por carretera desde Caracas hasta San Cristóbal, integrándose así el occidente con el centro del país, y constituyendo como expresa Claudio Briceño1 “…una ruta de comunicación interna de incalculables beneficios que contribuyó a elevar el coeficiente económico del país”.
La construcción del puente, ubicado sobre dos promontorios salientes de la montaña, fue contratada entre 1951 y 1952, oscilando está entre la realidad y la leyenda. Un hecho trascedente fue el tiempo récord que se utilizó para ello. La obra fue iniciada el 12 de marzo de 1954, anunciada por el ingeniero José Bacalao Lara, ministro de Obras Públicas, quien ocho meses después, el 12 de noviembre, informó de su culminación.
Hay referencia escrita que en su construcción se trabajó las veinticuatro horas en tres turnos de ocho horas; otro elemento que ha sido tema de discusión es su costo. Para el cronista oficial del municipio Alberto Adriani, profesor Delibrando Varela2, el monto fue de ocho millones de bolívares, pero puede afirmarse que hasta ahora el monto real es desconocido, dado que la estructura del puente fue elaborada por la firma alemana Lofnomafld, de Hamburgo y quien ejecutó la obra fue la compañía Moviterra – Excavaciones y Riego.
El día de su inauguración fue considerado un modelo de arquitectura e ingeniería internacional y así lo resaltaba el diario Nacional3, al destacar su longitud –nunca antes lograda- de 630 metros, el más grande construido en el país. “… Y considerado como la obra de su género más importante que se haya ejecutado hasta ahora en esta vía carretera continental”.
La estructura metálica del puente Chama cuenta, según la referida nota de prensa, con una altura de 27.5 metros, una calzada de 8 metros de ancho y 5 arcos de medio punto.
El impacto
La inauguración y puesta en funcionamiento del puente sobre el río Chama, sirvió de apertura a la carretera Panamericana como canal de circulación vial y con el correr del tiempo cambió totalmente el ritmo del progreso y desarrollo de la región, al producirse un conjunto de impactos económico– sociales que significaron el surgimiento de pueblos y ciudades ubicadas a lo largo de la red asfáltica, a la vez que estimuló según José Olivar4 “… la economía interna, contribuyendo a impulsar el aparato productivo de las regiones, dándole mayor amplitud al mercado interno”.
Además, como lo expresaron Parra, Altez y Urdaneta5 esta carretera “propició nuevas relaciones que no solo fueron económicas, sino también sociales, pues de la mano de las funciones de comunicación y circulación de la carretera, surgieron nuevas fundaciones poblacionales, a partir de las cuales se prestaron y resolvieron servicios propios de las necesidades del transporte y el comercio terrestre”(p.313)
Se debe destacar que la carretera Panamericana franquea gran parte de la cuenca Sur del Lago de Maracaibo, recorre el pie de monte en toda su longitud, evitando así las inclinadas laderas de la cordillera y los suelos empantanados de la llanura lacustre. Este espacio geográfico hasta mediados del siglo XX se había mantenido marginado de la vida económica del país.
Pero si hubo un sitio ya existente, donde las transformaciones fueron extremadamente aceleradas fue El Vigía, actualmente la ciudad líder de la zona Sur del Lago de Maracaibo. El Vigía con la carretera Panamericana se transformó de una pequeña aldea, en el puerto terrestre del occidente del país.
El mayor impacto en El Vigía fue lo demográfico. La aldea de El Vigía para 1950, antes de la construcción del puente Chama, tenía una población de 1.668 habitantes y para 1961 alcanzó los 8.874. Estas cifras censales determinan un crecimiento absoluto de 7.202 habitantes y un crecimiento relativo del 431,77 % para el período 1950-1961.
No sorprende que a seis meses de la inauguración del puente Chama, El Vigía pasa de aldea a ser la capital del municipio Alberto Adriani (14 de junio de 1955) y que una década después sea la capital del Distrito Alberto Adriani (12 de febrero de 1966), en la actualidad se perfila como la capital de un posible Distrito Metropolitano Panamericano.
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Notas:
1 Bríceño Monzón, Claudio Alberto (2007) “El ferrocarril del Zulia y la carretera Panamericana: factores de poblamiento de El vigía y Santa Bárbara, en el sur del lago de Maracaibo (1880 – 2006) Revista Ensayos Históricos. 2a. etapa, N° 19, pp. 181-208. Mérida – Venezuela.
2 Varela Delibrando (2004) “Icono de progreso vigiense. Puente Chama: 50 años”. Diario Frontera. Año XXVI. Nº 11.034. Mérida, lunes 13 de diciembre de 2004. Opinión. p. 5b
3 El Nacional (1954) Caracas, miércoles, 08 de diciembre de 1954
4 Olivar José Alberto (2011) El desarrollo de la vialidad durante el régimen militar (1948-1958) y su impacto en la consolidación en el proyecto de modernización de la Venezuela contemporánea. Tesis para optar al título de doctor en historia. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas.
5 Parra Grazzina Ileana, Altez Rogelio y Urdaneta Quintero Arlene ( ) “Senderos, caminos reales y carreteras: El sentido histórico de la comunicación andino-lacustre (Venezuela)” Revista Geográfica Venezolana, Vol. 49(2) 2008, 291-320
El árbol de Tamarindo, considerado el primer símbolo histórico-natural de la ciudad de El Vigía, el cual estuvo ubicado en lo que es el epicentro de esta joven urbe y tuvo un extraordinario valor en la construcción de la identidad del municipio Alberto Adriani.