El presbítero José Ignacio Olivares debe ser considerado como un pionero y el constructor de la iglesia católica en el municipio Alberto Adriani, prueba de ello es que el templo que edifico es la sede de la iglesia catedral de la Diócesis El Vigía – San Carlos del Zulia, a lo que se suma una significativa labor social y educativa que tiene su mejor expresión en la creación del Colegio Santa Teresita de El Vigía.

Eudes J. Blanco P.*

 

Nace el presbítero José Ignacio Olivares Quintero, el 30 de diciembre de 1918, en Cabimas, estado Zulia. Fueron sus padres Francisco Olivares y Carmen Quintero. Realiza sus estudios iniciales en su lar nativo  para continuar estudios Superiores en la Universidad de Chile, donde obtuvo el título de Licenciado en Letras y Filosofía.  Al retornar al país recibe la unción sacerdotal en Maracaibo en 1941, de manos de monseñor Marcos Sergio Godoy.

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Durante trece años se dedicó al trabajo sacerdotal en la zona petrolera del estado Zulia. En 1954 fue trasladado a Mérida, desempeñándose como sacerdote en la población de Mesa Bolívar y asignado a El Vigía durante el periodo comprendido entre 1955 -1959. Retorna a  la ciudad de Mérida atendiendo las parroquias de Santiago de la Punta y San Miguel de Jaji; preside la Pastoral Social y es nombrado Canónigo Magistral del Cabildo Catedralicio, cargo que ejerce hasta su muerte.

Hay que destacar, además de su labor religiosa el aporte hecho por el presbítero José Ignacio Olivares a la educación venezolana: fundó en Lagunillas del estado Zulia el Colegio “Santa Rosa de Lima”  y el Instituto San José de la Montaña; en Cabimas el Colegio de “Nuestra Señora del Rosario”; en El Vigía, el actual Colegio “Santa Teresita”, el cual fue creado el 15 de septiembre de 1956, como Escuela Parroquial y en Mérida, creó el Colegio “Monseñor Antonio Ramón Silva” en 1959. Por esta labor, el presbítero Eccio Rojo llegó a expresar “… el título de maestro le correspondió al padre Olivares con justicia y con razón”.

Su accionar político y social ha quedado registrado como una acción permanente de su vida. La actividad política lo llevo a ejercer un cargo público en el Concejo Municipal de Cabimas en 1944 y fue un opositor del régimen de Marcos Pérez Jiménez. En cuanto a su labor social, su inclinación a mejorar la condición de vida de los más necesitados fue permanente y de ello hay un ejemplo palpable al organizar un Club de Niños Limpiabotas en la ciudad de Mérida, con la intención de reivindicarlos.

Su tarea religiosa, educativa, política y social le fue reconocida en vida, por ello el Ejecutivo del estado Mérida en su decreto Nº 222 de 29 de junio de mil novecientos sesenta y uno, lo designo Individuo Nº 14 del Centro de Historia del estado Mérida. Por su parte la Asamblea Legislativa de su estado natal al cumplir el padre Olivares sus veintitrés años de vida sacerdotal lo declaro Hijo Esclarecido del estado Zulia el 9 de abril de 1964.

La acción religiosa, social y educativa desarrolla por el presbítero José Ignacio Olivares en El Vigía, sigue presente, aún después de más de medio siglo haberse producido. Según información aportada por el cronista de la ciudad profesor Delibrando Varela, éste es el primer párroco de El Vigía, al serle asignada la tarea de atender la referida aldea a partir del 26 de noviembre de 1955.

Se destaca su labor desde el inició de su actividad, resaltando de este sacerdote los siguientes hechos: a) Celebrar la primera Fiesta Patronal en honor a la virgen del perpetuo Socorro (27 de junio de 1956). b) Abre el libro de gobierno de la parroquia eclesiástica el  30 de Noviembre de 1956 y c) Realizar por primera vez las misas de aguinaldos (diciembre de 1956)

La encomiable tarea  del presbítero José Ignacio Olivares, estuvo caracterizada, según Orlando Callejas, por el dinamismo y por la acción de un hombre “de talento y muchas relaciones públicas”, que dio frutos inmediatos:

1) Logra que el Arzobispo de Mérida monseñor Acacio Chacón, realice una visita de inspección y selección del terreno donde se construiría la iglesia en la que se erigiría una nueva parroquia eclesiástica, esta acción se concreto el 14 de abril de 1957, donde el Arzobispo coloco la primera piedra de lo que hoy es la actual Catedral de El Vigía, iniciándose la  construcción del templo parroquial el 21 de mayo del referido año, el trazado fue realizado por el presbítero José Ignacio Olivares, quien previo en sus dimensiones (60 metros de largo, 22 de ancho y 12 de alto), el futuro desarrollo de El Vigía.

2) Construye la pequeña Iglesia de la Palmita, bajo la advocación de  nuestra señora de Fátima,  la cual se estima por referencias orales que fue inaugurada en octubre de 1957, en donde se destaca la participación de los parroquianos Asunción Méndez, Pepe Acevedo, Efraín García, Antonio Rujano y Luís Torres entre otros. Esta iglesia desde su creación hasta su elevación a parroquia el 31 de julio de 2004, perteneció a la parroquia eclesiástica de la Candelaria de Mesa Bolívar.

3) El 17 de febrero de 1958, recibe la primera visita pastoral que hizo el arzobispo coadjutor de Mérida, monseñor José Humberto Quintero, para inspeccionar los trabajos del templo en construcción y estudiar la jurisdicción de la nueva parroquia eclesiástica.

4) El 22 de julio  de 1958, para celebrar las fiestas del Perpetuo Socorro hizo el traslado provisional del culto al nuevo templo, realizándose el traslado definitivo el 01 de febrero de 1959, con una procesión del Santísimo Sacramento desde la Capilla El Carmen.

5) Organiza la instalación de la parroquia de la Virgen del Perpetuo Socorro, con misa concelebrada con la presencia del arzobispo de Mérida, monseñor Acacio Chacón y de los obispos de San Cristóbal y de Maracaibo: Alejandro Fernández y José Rafael Pulido Méndez, respectivamente, acontecimiento registrado el 12 de marzo de 1959, en el cual él es nombrado como primer párroco de la recién creada parroquia, su permanencia en ella fue efímera ya que el 31 de marzo del referido año, fue sustituido por el presbítero Mario de Jesús Santiago Valero.

El presbítero José Ignacio Olivares, fallece en Ejido el 08 de julio de 1966. Las reseñas periodísticas sobre sus exequias señalan que inmediatamente después de su muerte, fue llevado a la Iglesia de Ejido donde se oficio misa de cuerpo presente. Fue velado en el salón principal del Colegio Monseñor Silva y celebrada misa en la catedral de Mérida para luego en la Plaza Glorias Patrias el pueblo merideño le rindiera su último adiós. Por vía aérea fue llevado a Cabimas para ser enterrado el 10 del referido mes en el panteón familiar de su lar nativo.

En la celebración de los veinticinco años de su desaparición física (08 de julio de 1991) los restos mortales del Padre Olivares fueron trasladados a la catedral de Cabimas, en un acto de reconocimiento a su labor y trayectoria, en donde permanecen.

Hoy a los noventa y ocho años de su nacimiento y a un año de darse inició el año jubilar del primer centenario de su natalicio, no cabe duda que al examinar la vida y obra del padre Olivares, se está ante la presencia de un hombre cabal y comprometido con su patria, del cual el municipio Alberto Adriani debe sentirse orgulloso, porque si bien provenía de otras tierras, su gestión como el primer párroco de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la realizo con el compromiso y la pasión de un nativo, de ahí que sea un hijo permanente de El Vigía.

* Historiador – eudesblanc@gmail.com