Colegio Santa Teresita, signo de calidad educativa
Publicado el 15/09/2016
Por Jose Rodríguez
Hace sesenta años el presbítero José Ignacio Olivares crea la Escuela Parroquial Santa Teresita, germen del actual colegio Santa Teresita de El Vigía. Además de la dirección de Olivares y del presbítero Mario Santiago Valero, la tutela del colegio fue asumida por las Hermanas de la Caridad, de la Inmaculada y Dominicas de Santa Rosa de Lima, quienes mantienen la responsabilidad de su conducción.
Hace sesenta años el presbítero José Ignacio Olivares crea la Escuela Parroquial Santa Teresita, germen del actual colegio Santa Teresita de El Vigía. Además de la dirección de Olivares y del presbítero Mario Santiago Valero, la tutela del colegio fue asumida por las Hermanas de la Caridad, de la Inmaculada y Dominicas de Santa Rosa de Lima, quienes mantienen la responsabilidad de su conducción.
El 15 de Septiembre del año 1956, con tres maestras y 120 niñas, se daba inició a la Escuela Parroquial Santa Teresita, una iniciativa del presbítero José Ignacio Olivares, quien dejo asentado en el Libro de Gobierno de la Curia las causas de su creación: “Siendo de urgente necesidad la Cristiana Educación de la niñez para salvar el pueblo con un porcentaje de maleantes y aventureros, se dio color a la idea de la apertura de una Escuela Parroquial. Con el nombre de Santa Teresita; Patrona de las Misiones”, dado que para el sacerdote fundador de la escuela, El Vigía, era una permanente Misión.
Otros aspectos que destaca el prelado son: la escuela es exclusivamente para niñas, aunque también se aceptan niños en primer grado, está funciona desde primero a cuarto grado y los padres pagan Bs. 5 por alumno. La escuela funcionaba en La Capilla El Carmen y la edificación que estaba detrás de ella (donde funciona hoy la Pastoral Social); de las tres maestras, una era cancelada por la gobernación del estado y las otras dos con lo que se le cobraba a los representantes y lo que aportaba la parroquia eclesiástica.
Hay que destacar que salvo lo expresado en el libro de gobierno de la curia, existen pocas referencias escritas en cuanto a la labor inicial de la Escuela Parroquial en sus primeros años y la labor desempeñada por el presbítero José Ignacio Olivares, en los dos años y medio que ejerció la dirección de la misma donde permanece hasta el 31 de marzo de 1959.
Con la llegada del presbítero Mario Santiago Valero (sacerdote entre el 31 de marzo de 1959 hasta el 31 de enero de 1965, este le da continuidad a la labor desarrollada por su predecesor. Su primer gran logro es la adquisición de un espacio permanente y propio para la institución. Hay que destacar que la escuela parroquial funcionó en la capilla hasta marzo de 1960, cuando el Grupo Escolar Mauricio Encinoso se traslada a su actual sede en el barrio la Inmaculada, el presbítero Santiago Valero, tomo posesión de los espacios que ocupaba esta institución, que son los que heredó el actual Colegio Santa Teresita.
Por otra parte, Santiago Valero comprende las dificultades de asumir la dualidad de responsabilidades como párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y director de la Escuela Parroquial, por eso su preocupación por incorporar al colegio una comunidad religiosa que se responsabilizara por la conducción del colegio. En ese orden de ideas Santiago Valero, viajo a Antioquia, Colombia y logro la asignación de un pequeño grupo de hermanas de la Caridad de Santa Rosa de osos, cuya labor es reconocida en el artículo “El Vigía y sus necesidades” publicado en El Progreso, el sábado 9 de junio de 1962, firmado por Oscar Fco Camacho C., en el cual se expresa: “Estamos notando con beneplácito y gran satisfacción la acertada educación y especial atención de que son objeto las niñas del colegio gratuito ‘Santa Teresita’; el cual bajo la tutela de las Hermanitas de la Caridad …ha progresado mucho a pesar del corto tiempo que llevan al frente de tan delicada labor como es la enseñanza. Notamos en nuestras niñas un cambio repentino, como es el mejor comportamiento en las calles, la bonita, limpia y decente forma de vestir”
Posterior a esta congregación, estuvo otra proveniente de Argentina, de la cual no hay referencia escrita, pero refiere la señora Aida de Castillo, docente de la institución en el periodo 1958-1989, que estas llegaron en el año 1962 y su presencia fue efímera, solo de un año. Esta vacante, llevó a que monseñor Acacio Chacón Guerra, arzobispo de Mérida, designará a las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, congregación que tiene como supremacía la educación y formación cristiana y que está expresada en su mandato “Contemplar y enseñar lo contemplado”, asumen la tutoría del Colegio en 1963, siendo la primera Directora Sor Francisca Baute sucediéndole las hermanas: Sor Caridad Belandria, Sor Domitila Guerrero, Sor Luz Marina Betancourt, Sor Ana Josefina Matute, Sor Esperanza Domínguez, Sor Emerita Ávila Urribari, Sor Luz Marina Betancourt, Sor Dilcia Zambrano , Sor Doris Guerrero y para el inicio de este año escolar 2016-2017, ha sido designada sor María de los Ángeles Ramírez.
La tarea de Dominicas de Santa Rosa de Lima en cincuenta y tres años de labor ha sido valioso, de un colegio de educación primaria, se ha pasado a una Unidad Educativa con todos los niveles educativos: el nivel inicial (preescolar se inició como Kindegarte), en 1.961. En 1980 atendiendo a la creciente demanda de cupo se inició la Tercera Etapa de Educación Básica. En 1987 se ofertó a la Comunidad el Ciclo Diversificado en Agropecuaria Mención Tecnología de Alimentos, como una especialidad vinculada a la realidad de la Zona Sur del Lago con un gran potencial agropecuario, egresaron de esta especialidad 12 promociones de Técnicos Medios, quienes se incorporaron unos a las diferentes universidades y otros al campo de trabajo. En el año 2004-2005, se apertura el bachillerato en ciencias mención tecnología, como una especialidad enmarcada en el avance científico y tecnológico del país. A lo anterior hay que sumar la indiscutible mejora y ampliación de los espacios educativos en la institución, ubicando al colegio como la primera institución educativa en infraestructura del municipio.
La calidad educativa ha sido norte permanente en el colegio Santa Teresita, producto de la interrelación que existe entre docentes, alumnos y padres y representantes, esta integración ha permitido desde un primer momento alcanzar frutos en el campo educativo reconocidos desde los primeros tiempos del colegio; es por ello que Oscar Francisco Camacho C, en 1962 destaca de las alumnas del momento “…la manera tan maravillosa en que se vienen desenvolviendo en el programa radial ‘Impacto’ que dirige el Pbro. Mario Santiago y en el que oímos recitando y hablando con toda soltura y facilidad”. Esta primera referencia de la calidad educativa del colegio en el tiempo se ha fortalecido y muchos son los alcances que hablan de esa calidad.
Dentro de las actividades en las que se han destacado los alumnos del colegio Santa Teresita hay que resaltar los denominados Proyectos Pedagógicos de Plantel, expuestos a la localidad, la labor del Centro de Periodismo Maria Pellin, del Centro de Ciencias padre Velaz, la Sociedad Bolivariana, Patrullas escolares, Banda Show, entre otros y a nivel de los representantes destacan las denominadas ·Semanas del representante”.
Se han obtenido premios a nivel nacional como: Primer lugar en el IV Festival de la Voz Juvenil realizado en la Grita el 20 de abril de 1991 y el primer y segundo lugar del Concurso de Cuentos y Ensayos Batalla Carabobo organizado por el Ministerio de Educación Cultura y Deportes en 2003. A nivel regional destacan por su parte: el primer lugar en el Foro Ambiental de la Zona Panamericana en 1991 y el tercer lugar en el desfile regional de Premilitar celebrado en Mérida en 1999. A nivel municipal destacan el primer lugar en cuento del concurso Festiandes con motivo de los juegos nacionales Andes 2005. Son muchos más los reconocimientos logrados, y el espacio de este artículo impide referirse a todos ellos.
Sin lugar a dudas que la labor tesonera por la educación del Colegio Santa Teresita es indiscutible, y hoy al arribar a sus bodas de diamante, se retoma lo expresado por el profesor Delibrando Varela, cronista del municipio y ex docente de la institución, cuando hace veinte años atrás expresaba: “El centinela de la Religión Católica, de más arraiga tradicional de nuestra comunidad adrianista, y que cada día se agiganta más, a través de la educación que comparte coetáneamente con la religión cristiana”
El árbol de Tamarindo, considerado el primer símbolo histórico-natural de la ciudad de El Vigía, el cual estuvo ubicado en lo que es el epicentro de esta joven urbe y tuvo un extraordinario valor en la construcción de la identidad del municipio Alberto Adriani.