Cardenal Baltazar Porras, en la vida de Mérida la suya propia
Publicado el 04/12/2016
Por Jose Rodríguez
Para este venezolano nativo de Caracas, en reconocimiento a sus virtudes, celo apostólico, y sólidos fundamentos para seguir coadyuvando en la construcción de una sociedad digna de la Patria, lo cual constituye al mismo tiempo, una muestra de amor paternal al país que tuvo la fortuna de ser la cuna del Padre de la Patria y máximo héroe de América, el Libertador, Simón Bolívar.
Para este venezolano nativo de Caracas, en reconocimiento a sus virtudes, celo apostólico, y sólidos fundamentos para seguir coadyuvando en la construcción de una sociedad digna de la Patria, lo cual constituye al mismo tiempo, una muestra de amor paternal al país que tuvo la fortuna de ser la cuna del Padre de la Patria y máximo héroe de América, el Libertador, Simón Bolívar.
Dra. Victoria Fuentes de Arias*
La Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela, celebra jubilosa el ascenso a la Púrpura Cardenalicia del Arzobispo de Mérida y Cronista Oficial del Municipio Libertador, capital la Ciudad de Mérida, Baltazar Enrique Porras Cardozo, acto realizado el 19 de noviembre de 2016, por el Sumo Pontífice Francisco.
Con este designación el Papa Francisco, ha puesto sobre los venezolanos una tremenda responsabilidad en momentos difíciles por lo que estamos atravesando, por cuanto requerimos de conductores que con su palabra y ejemplo nos guíen hacia el rescate de los valores morales, espirituales, unidad e integración de la familia e instituciones que contribuyan al progreso cultural y desarrollo económico social sustentable, hoy en franco deterioro; ardua tarea de regeneración moral, por cuanto es triste e injusto ver los extremos de la inseguridad, donde los delincuentes anda sueltos, mientras el ciudadano probo y valiente que se atreve a levantar su dedo acusador contra el estado de cosas y las injusticias, se expone a ser acusado por difamación o injuria; de allí la necesidad de tomar consciencia de la altísima responsabilidad basados en el alto concepto que tenía Simón Bolívar de la justicia en el Discurso pronunciado en Bogotá, el 13 de enero de 1815, el cual dice: ”…la justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ellas se sostiene la igualdad y la libertad”.
En tal sentido, es la hora de la impostergable tarea de organizar una inmensa cruzada nacional a fin de regresar a las sanas costumbres que marcaron la vida de la familia venezolana e imprimirle al país un nuevo rumbo que lo conduzca al alto destino que soñaron los creadores de la nacionalidad, ya que nos hemos puesto de espalda a las enseñanzas bolivarianas y hemos olvidado aquella profunda y sabia sentencia del Libertador, cuando en Carta a Santander, el 17 de agosto de 1820, dice: “la mejor política es la honradez”.
Enseñanzas bolivarianas siempre presentes en la labor intelectual del hoy Eminente Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, a la par de su humanismo cálido y cultivo de valores humanos y sociales, es el signo evidente más notorio de este ilustre venezolano que ha hecho y hace por este hogar común, su modo de vida nutriente de esencias espirituales, haciendo gala de su proverbial hidalguía, conquistando gallardamente los títulos más enaltecedores a que puede aspirar tantos venezolanos eminentes, en actualidad residente en la ciudad de Mérida, escenario de gloriosos sucesos, entre otros el 23 de mayo de 1813, cuando Simón Bolívar triunfador llegó a sus puertas, durante la Campaña Admirable, y lo aclamó por primera vez, Libertador, tampoco podrá olvidarse que ella fue también la primera del mundo que erigió un monumento al Padre Libertador de América.
En su larga trayectoria entre los cargos desempeñados por nuestro ilustre consocio, Cardenal Baltazar Porras, se destacan las siguientes: Vice-presidente de la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela en los períodos 1999-2001, 2002-2004, la realización de tres Convenciones de Cronistas Oficiales de ciudades en Mérida; recibió el Presbiterado (1997) en la Catedral de Calabozo, Estado Guárico de manos de Monseñor Miguel Antonio Salas, Obispo de esa Diócesis, Preconizado VI Arzobispo de Mérida por el Papa Juan Pablo II, 30-10-1991. Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, y coordinó en 1996 la visita a nuestro país del Papa Juan Pablo II. Testimonio de ello, su preocupación por los fondos documentales del Estado Mérida que le ha valido para realizar una encomiable labor al dirigir y coordinar el “Proyecto de Diagnóstico e Inventario de toda la documentación merideña, emprendido por la Universidad de los Andes y la Arquidiócesis de Mérida con motivo del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, publicado, entre otros libros “El Ciclo Vital de Fray Juan Ramos de Lora”. ULA, Mérida: 1992; “Diagnóstico e Inventario”. Alarcón Fernández Editor, Caracas, 1995. Torrijos y Espinosa. “Dos Breves Episcopados Merideños”. Editado por la Arquidiócesis de Mérida y Vicerrectorado Académico de la Universidad de los Andes. Mérida, 1994.
En la obra de Baltazar Enrique Porras Cadozo titulada de Cara al Futuro, editada por el Rectorado de la Universidad de los Andes. 1992, con motivo de XXV aniversario de su ordenación sacerdotal, el Pbro. Ignacio Villa Vieira, señala:
…de sus síntesis salen las obras valiosas de historiador eclesiástico, rico en valiosos …documentos, libros y piezas de arte ocultos en el Archivo y Museo Arquidiocesano, entregándonos las figura de los primeros obispos… ha merecido el título de Cronista de la Ciudad de Mérida, debido al acucioso trabajo de extraer datos tan novedosos de nuestra historia civil y eclesiástica….. Duro crítico, cuando los desmanes de nuestros hombres públicos lo ameritan y los vicios de nuestra claudicante sociedad lo reclaman. La más pequeña injusticia o irregularidad lo exasperan y su pluma destila entonces el brillo de la elocuencia y el látigo del reproche. (Pág. 5)
En la referida obra Monseñor Baltazar Porras, nos dice:
Venezuela es hoy por hoy el resultado del boom petrolero, y estamos sufriendo en grande lo que, en pequeño, ha pasado con los pueblos que de la noche a la mañana han visto surgir una riqueza inusitada gracias a alguna explotación minera. De “pueblos desconocidos” pasan a ser “ciudades importantes”, y toda riqueza fácil origina infinidad de problemas. Los nuevos ricos- ungidos por un golpe de suerte de la noche a la mañana, nunca han sabido, qué hacer con tanta bonanza. El petróleo para la Venezuela de hoy un “canto de sirena”, que nos atrae locamente y nos hace perder la cabeza. Abundancia y despilfarro, dinero y hambre, megalomanía y pequeñez de miras, independencia y esclavitud, lujo y subdesarrollo, alto ingreso per cápita y desempleo, quintas y ranchos, prestamos al extranjero y éxodo interno, Sabana Grande y Ojo de Agua… toda una ruleta de emociones y contradicciones, éxitos y fracasos que conviven en “pacifica armonía”. (Pág. 27)
Pero por encima de todo, una inconsciente soberbia de país privilegiado y bendito que no sabe afrontar su propia situación. Y esto invade todos los campos: el político, el social, el económico y aun el religioso. Nadie reconoce sus propios errores y deficiencias. Basta hojear la prensa de cada día y todo mundo habla con suficiencias de sus logros y de sus esfuerzos. Y toda crítica parece dedicarse a ser portavoz de malos agüeros, porque esa parece ser su papel dentro del maquiavélico principio de la destrucción y la división. Nos hemos olvidado de que tenemos la obligación de “inspirar, alertar y urgir un orden nuevo de justicia”. (Pág. 28)
Estos planteamientos de Su Eminencia Baltazar Cardenal Porras, nos indica que es la hora de la reflexión, de rectificar caminos, de redimensionar al país, de tomar consciencia de que no somos un país rico, que la Venezuela del mañana no se hará con petróleo sino con imaginación, creatividad, estudio, inteligencia y trabajo, que por encima de la crisis fiscal y financiera que atraviesa el país existe una profunda crisis moral que puede conducirnos a peores consecuencias, de las cuales todos los venezolanos tenemos tareas pendientes de hacer de Venezuela un país decente, honestos, trabajador y responsable.
Por estos motivos la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela, por decisión del Consejo de la Orden en su Única Clase Enrique Bernardo Núñez integrada por Ex presidentes de ANCOV, en atención a su artículo 4 el cual, consagra: “… que será entregada al cronista que se haya distinguido en su labor, brindando aportes sustantivos en el ejercicio de la crónica, en pro del desarrollo y prestigio de su localidad, de nuestra asociación y del país en general…que ejerzan sus oficio apegados a las normas ciudadanas y cívicas, y además demuestren en su vida pública una conducta honorable y ética”.
Hechas las consideraciones sobre el perfil de nuestro Cronista Oficial de la ciudad de Mérida, por tratarse de un venezolano genuino de mística, virtudes, y cualidades que aportan valores a las presentes y futuras generaciones, en el mes de septiembre de 2016, se aprobó por unanimidad concederle al Cronista Oficial de la ciudad Santiago de los Caballeros de Mérida, hoy Su Eminencia Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, la más alta distinción que confiere nuestra Corporación, en el marco de la realización de XLIV Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela que se realizará en la ciudad de Mérida en fecha próxima, porque, es necesario dar a conocer a esa comunidad merideña el por qué se hace este reconocimiento, el cual debe trascender los límites regionales y nacionales, por cuanto el caraqueño que ahora llega a la cumbre vital ha sido en la vida de la ciudad de Mérida, la suya propia, verdadera referencia existencial que tiene espacio conquistado por el mérito del hacer cotidiano durante largo tiempo en el propósito afirmativo de humanismo cálido y cultivo de valores humanos y sociales, convertidas en lecciones de vida repartida en el pan de cada día.
En tal dirección podemos sostener la esperanza de que la formación moral, ética, tecnológica, científica y humanística del hombre venezolano, no sea una especie en extinción; lo contrario podría ser que en lo adelante no sólo tendríamos hombres formados, sino que emprenderíamos la virtud de los pueblos valerosos capaces de empinarse con altivez sobre sus mejores antecedentes, respirando la fuerza vigorosa que exigen los tiempos nuevos; impulsar las potencialidades del alma nacional a través de la crónica, la historia, las artes, la cultura, las ciencias y lanzarla por las dificultades del estudio, de la contagiosa laboriosidad, de la innovación, de la adopción de hábitos positivos de comportamiento y despliegue incesante de imaginación. En palabras de Nuestro Libertador Simón Bolívar “Aquel que asegura su honor dedicando su vida al servicio de la humanidad, a la defensa de la justicia y al exterminio de la tiranía, adquiere una vida de inmortalidad…” 30-9-1817.
*Presidente de la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela
El árbol de Tamarindo, considerado el primer símbolo histórico-natural de la ciudad de El Vigía, el cual estuvo ubicado en lo que es el epicentro de esta joven urbe y tuvo un extraordinario valor en la construcción de la identidad del municipio Alberto Adriani.