Hemos ocupado las aceras que son por excelencia su espacio para ubicar los puestos de economía informal, en otras ocasiones las ocupamos dejando sobre ellas nuestros vehículos o motos mal estacionados o por el contrario, las ocupamos con la instalación de servicios públicos
Hemos ocupado las aceras que son por excelencia su espacio para ubicar los puestos de economía informal, en otras ocasiones las ocupamos dejando sobre ellas nuestros vehículos o motos mal estacionados o por el contrario, las ocupamos con la instalación de servicios públicos
Los peatones desempeñan doble función dentro de la ciudad, una como habitante y la otra como usuario del transporte. Por tanto, es en esta doble función de los peatones que se mantiene la relación directa entre el habitante y la ciudad a través de los sentidos, ya que existe una interrelación con todas las actividades propias de la ciudad, con los servicios y con el entorno natural. Es el peatón quien vive y siente con mayor intensidad la ciudad.
Pero, en nuestras ciudades, los reconocemos?, respetamos sus espacios para desplazarse?. Sin pensarlo tanto, es evidente que no.
Hemos ocupado las aceras que son por excelencia su espacio para ubicar los puestos de economía informal, en otras ocasiones las ocupamos dejando sobre ellas nuestros vehículos o motos mal estacionados o por el contrario, las ocupamos con la instalación de servicios públicos (postes de electricidad, teléfonos públicos, avisos de señalización u otros) en la mitad de ellas. En cualquiera de los casos, cada día observamos más obstáculos en las aceras obligando al peatón a caminar por la calle donde además, es “atropellado” por los conductores.
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En la ciudad de El Vigía, la mayor parte de los viajes a pie se realizan en el centro de la ciudad y su entorno inmediato, es importante reconocer, respetar y aceptar que los peatones existen. Mejorar las condiciones a los peatones exige no solo la posibilidad de moverse y la accesibilidad a los espacios, sino ofrecer condiciones de seguridad, de confort y de autonomía que incluya a los peatones con movilidad reducida.
Se trata pues de motivar el sentido de partencia que genera caminar la ciudad y la interacción con el espacio público así como emprender políticas de planificación y gestión urbana dirigida a los modos de transporte que hagan compatible el crecimiento económico, la cohesión social y la defensa del medio ambiente.
Se debe garantizar a través de estas tres directrices conducidas por la visión del Desarrollo Humano y Sostenible, una mejor calidad de vida para los ciudadanos.
Tratar de alcanzar un una mejor calidad de vida supone en gran medida la transformación de los habitantes a la máxima expresión de la ciudadanía. No podemos soslayar en este sentido, los derechos y deberes de los peatones. Entre tantas podemos rescatar que cada peatón tiene derecho a vivir en centros urbanos diseñados según las necesidades de los seres humanos. Los niños, los ancianos y las personas con movilidad reducida tienen el derecho a esperar ciudades que sean sitios de fácil contacto social y no lugares que agraven su debilidad inherente.
Derechos y DeberesEl peatón tiene derecho a una movilidad completa y sin impedimentos, la cual puede ser alcanzada mediante el uso integrado de los medios de transporte.
De igual manera, cada peatón tiene el deber de transitar por las zonas demarcadas para ellos. Utilizar los puentes peatonales, cuando estos existan. Cuando atraviese la vía debe mirar a la izquierda y derecha antes de cruzar y hacerlo rápido pero sin correr. No cruzar por detrás de un vehículo estacionado. No invadir la zona destinada al tránsito de vehículos. Mantener el comportamiento en los lugares públicos. Tener precaución cuando el piso esta mojado. Tener precaución con los elementos que puedan obstaculizar o afectar el tránsito.
Los peatones también existen!
Prensa Jueves de Ciudad
Ing. Luisana Mendez
mendezluisana@gmail.com
@MendezLuisana
