El valor del trabajo de Luis Alberto Castro en el mundo agropecuario surlaguense fue reconocido por Asodegaa. El Consejo Consultivo de esta institución resolvió hace años otorgarle el mérito de Miembro Honorario porque desde 1960, año de fundación, se solidarizó con los ganaderos fundadores y estuvo siempre a su servicio

Miembro Honorario de Asodegaa

Jóvito Valbuena Gómez*

El valor del trabajo de Luis Alberto Castro en el mundo agropecuario surlaguense fue reconocido por Asodegaa. El Consejo Consultivo de esta institución resolvió hace años otorgarle el mérito de Miembro Honorario porque desde 1960, año de fundación, se solidarizó con los ganaderos fundadores y estuvo siempre a su servicio.

Castro, sin más nombres, era su identificación entre los amigos ganaderos. Porque tenia facilidad para el trato amable y la conversación tendida sobre cualquier tema. Su memoria prodigiosa recordaba a todos los fundadores de Asodegaa y las acciones que se llevaron a  cabo para que el gremio concretara sus propósitos y poseyera casa y sede propia. Pero iguales recuerdos tenia de los benefactores del crecimiento de El Vigía y del avance de las haciendas en todo el sur del lago.

Haga un comentario

Haga clic en este recuadro e inicie o mantenga una conversación de este tema, interactúe con los demás.

Las cualidades talentosas de Castro merecen estas líneas articulistas, pero hay que ampliarlas con la utilidad prestada por su persona a las transacciones comerciales o de compra – venta de ganados y de todo tipo de negocio agropecuario. Fue un comisionista en lo más amplio del término; intermediario, negociante, vendedor y representante de los criadores o propietarios en los frigoríficos. Pero su seriedad y honestidad mantuvieron la confianza necesaria e hicieron posible el éxito durante su larga vida. Si así fueran todos los comisionistas e intermediarios, mayor fuera la fluidez de las transacciones comerciales de ganados en los mercados regionales.

Además, hay que decir que los tiempos de Luis Alberto Castro se correspondieron con los años de expansión de la ganadería y de la instalación de los mataderos industriales de El Vigía, Santa Bárbara, Coloncito y La Fría. Pero esa prosperidad tenía una limitante, aún no del todo resuelta, por falta absoluta o deficiencia de las telecomunicaciones que permitieran el contacto directo de los ganaderos con los mercados. Ahí era y aún es necesaria la persona que facilite la búsqueda del comprador y concrete la negociación. Y así será durante mucho tiempo porque el sur del lago es una región extensa geográficamente, muy grande y próspera en actividad agropecuaria, diverso el tamaño de sus fundos y variada su agricultura, pero muy deficiente en comunicaciones e infraestructuras comerciales que incluyan parques o centros de exposición de los productos.

Geógrafo – jvalbuena_2000@yahoo.com