Son varias las cuestiones a tener en cuenta con respecto al contagio del señor presidente, Alberto Fernández. Por un lado tenemos que hablar de la vacuna Sputnik V. Cuando salieron los resultados preliminares de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, los resultados preliminares mostraban un 90 por ciento de eficiencia. Al cabo de unos ocho meses, la eficiencia final, que ha caído, es […]
Son varias las cuestiones a tener en cuenta con respecto al contagio del señor presidente, Alberto Fernández. Por un lado tenemos que hablar de la vacuna Sputnik V. Cuando salieron los resultados preliminares de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, los resultados preliminares mostraban un 90 por ciento de eficiencia. Al cabo de unos ocho meses, la eficiencia final, que ha caído, es de un 76 a un 80 por ciento.
Es de un 80 por ciento cuando la segunda dosis se separa de la primera en un margen de entre 8 y 12 semanas. Por lo tanto el hecho de que la vacuna de Sputnik V tenga una eficacia del 91 al 94 por ciento, en realidad es probable que sea menor. Sucede que los resultados preliminares de la Sptunik V fueron a los dos meses de la Fase 3.
Cuando se llegue a los ocho meses de la Fase 3 terminada, como pasa ahora con la Oxford, el resultado de la eficacia que vamos a ver va a bajar. Esto es importante por un lado, y teniendo en cuenta que son todas aprobaciones temporarias con resultados preliminares en todos los casos.
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Para los primeros meses de abril vamos a saber de cuánto es la efectividad de la Stputnik V. Por eso, como siempre sostuve, el porcentaje actual que conocemos no es tal. Esto prueba a lo mejor de que la vacuna Sputnik V tuviera su mejor resultado cuando se separan las dosis entre las 8 y las 12 semanas, como se ve con Oxford/AstraZeneca que es mejor resultado.
Pero lo importante acá es que la vacuna Sputnik V como ya sabíamos no es infalible y que hay que seguir cuidándose. Y que no protege.
Uno tiene que seguir cuidándose con el distanciamiento social y el uso del barbijo, cubriendo bien la nariz y la boca, en todos los casos. Porque las vacuas prevén la muerte pero no la infección. Y es importante que si nos infectamos, saber también que nos contagiamos.
Resulta muy interesante que se sepa si el virus que contagió al Presidente, es la variante británica o es la variante de Manaos. O es otra variante. Es decir, sería interesante que se haga el análisis genotípico. Esto es porque frente, por ejemplo, a la variante de Manaos, las vacunas son mucho menos eficientes y la variante británica son igualmente eficientes. Entonces sería útil saber si se contagió a raíz de que tiene alguna de las dos variantes.
Vuelvo a recalcar la importancia de que la gente acepte que hay que mantenerse con distanciamiento social y que hay que mantener el uso del barbijo y demás. Porque si no tenemos esa aceptación social de estos parámetros, la segunda ola en Argentina puede golpear muy fuerte.
Variantes
Debemos tomar muy en serio las nuevas variantes que circulan en todo el mundo y específicamente en Argentina. Las nuevas variantes que van a dominar esta segunda ola son la B117 de Gran Bretaña conocida como variante de Kent que es hasta un 50 a 70% más contagiosa y tiene un poco más de mortalidad y puede llegar a saturar las camas de terapia intensiva como sucedió en Londres en enero.
La variante de Manaos es aún más peligrosa.No solamente porque también tiene hasta un 50 a 70% más de contagiosidad sino porque además, las vacunas, a diferencia de la variante de Gran Bretaña, son mucho menos eficaces. Las personas vacunadas pueden contagiarse y pueden tener una forma moderada de la enfermedad. Esto también puede saturar a los hospitales. Por lo tanto es importantísimo seguir cuidándose, usar más que nunca el barbijo, cubriéndose la nariz y la boca. Y mantener el distanciamiento social.
Es importantísimo que los gobiernos tripliquen la cantidad de test que hacen actualmente. Hay que identificar a las personas asintomáticas, que por lo general son jóvenes y hay que vacunar a las personas de más riesgo que son los mayores de 60 años, especialmente quienes tienen más de 80 años, las personas con vulnerabilidades y el personal de salud.
Así es como se trabajó en el Reino Unido, y así es como logramos disminuir la incidencia de los casos en enero y en más de un 100 por 100 en marzo.
Lamentablemente, el hecho que el señor Presidente de la Nación se haya contagiado confirma que las vacunas protegen de contraer una enfermedad grave y hasta la muerte. Pero no así protegen totalmente contra la transmisión de la enfermedad. Por lo tanto es importante que después de vacunados sigan utilizando el barbijo.
(*) La autora, Marta Cohen, patóloga pediatra argentina -oriunda de La Plata- actualmente trabaja en el Hospital de Niños de Sheffield, Reino Unido. Fue distinguida por la máxima monárquica británica con la Orden del Imperio debido a su trabajo de más de una década especializado en la investigación de la muerte súbita de niños lactantes. // infobae.com