La irresponsabilidad ambiental es enemiga de la sustentabilidad ambiental. Los recursos naturales no renovables se agotan y muchas especies vegetales y animales se extinguen de la faz de la tierra por irresponsabilidad ambiental.

Jóvito Valbuena Gómez*

La irresponsabilidad ambiental es enemiga de la sustentabilidad ambiental. Los recursos naturales no renovables se agotan y muchas especies vegetales y animales se extinguen de la faz de la tierra por irresponsabilidad ambiental. El problema se le achaca a la falta de conciencia conservacionista. Yo prefiero el término irresponsabilidad ambiental, porque la gente tiene conocimiento de la utilidad de la naturaleza y sus recursos y sabe del mal que causa el uso irracional. Es decir, la gente usa y malgasta los recursos naturales con conciencia plena de lo que hace y cómo lo hace.

Cuando la naturaleza andina y surlaguense eran vírgenes con imagen de sobreabundancia en árboles, ríos y tierras aptas para el cultivo, los agricultores la colonizaron para bien del progreso agropecuario nacional. Cafetales y pastizales sustituyeron los bosques y los valles se poblaron de gente trabajadora. Tal vez la población ignorante en técnicas conservacionistas creía de buena fe que los recursos serían inagotables. En esos casos si hubo falta de conciencia. Pero de inmediato surgieron las proposiciones y leyes conservacionistas que procuraban frenar el mal uso. Alberto Adriani, por ejemplo, desde los años treinta del siglo pasado, elaboró todo un plan de conservación de recursos naturales con programas y escuelas de capacitación en técnicas agrícolas. Por tanto, desde entonces, ya no era válido continuar hablando de falta de conciencia sino de irresponsabilidad ambiental.

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Hoy día la irresponsabilidad es aún mayor. El campesino pobre, el dueño de finca o hacienda, el explotador y comerciante de maderas, los ingenieros de carreteras y demás obras de infraestructuras para cualquier actividad económica, los organismos públicos de competencia ambiental y político gubernamental, unos por acción y otros por omisión, son irresponsables por el mal uso y agotamiento de los recursos naturales.

La sequía de las cuencas hidrográficas, los bajos rendimientos agrícolas por agotamiento de los suelos, la falta de maderas para la industria, la falta de diversificación agrícola, el desabastecimiento agroalimentario,  la contaminación ambiental, el desorden o desordenamiento territorial, la deficiencia en la producción de electricidad, las amenazas de abarrancamientos de vialidad y falta de previsión de desastres en general, son alarmantes, no por ignorancia o falta de conciencia sino por irresponsabilidad de los actores.

En Venezuela es tal la irresponsabilidad ambiental actual que para evadirla nos amparamos en el calentamiento global, en los cambios climáticos, en el Fenómeno del Niño y otras causas naturales, cuando todos sabemos que la naturaleza se transforma, se altera  y no puede asegurar sustento permanente tanto más por causas humanas.

*Geógrafo – – jvalbuena_2000@yahoo.com