Un estudio presentado por la psicóloga social de la Universidad Central de Venezuela, Yorelis Acosta, ha demostrado como los efectos de la migración en el país, producto de la crisis económica, política y social, ha afectado severamente las emociones de los ciudadanos, sobre todo para aquellos que viven en estados fronterizos como Táchira y Zulia. De un […]
Un estudio presentado por la psicóloga social de la Universidad Central de Venezuela, Yorelis Acosta, ha demostrado como los efectos de la migración en el país, producto de la crisis económica, política y social, ha afectado severamente las emociones de los ciudadanos, sobre todo para aquellos que viven en estados fronterizos como Táchira y Zulia. De un […]
Un estudio presentado por la psicóloga social de la Universidad Central de Venezuela, Yorelis Acosta, ha demostrado como los efectos de la migración en el país, producto de la crisis económica, política y social, ha afectado severamente las emociones de los ciudadanos, sobre todo para aquellos que viven en estados fronterizos como Táchira y Zulia.
De un total de 2.536 encuestados, se halló que un 19.7% de los habitantes está marcado por la tristeza; 16.6%, por la rabia, y 16.3% por la esperanza, pero solo un 5.7% con alegría.
La experta indicó que las emociones del migrante y del no migrante “van arrastrando sus historias y sus afectos” ante la situación que vive Venezuela, lo cual a mediano plazo, repercuta profundamente en su estabilidad personal.
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Para quienes se han quedado en el país, la situación no es muy diferente de para quienes deciden irse buscando una mejor calidad de vida, pues tan solo en el estado Zulia, la evaluación confirmó que casi el 40% de los ciudadanos vive con algún grado de tristeza frecuente ante la crisis.
“El venezolano no estaba acostumbrado a migrar y su salida se está viviendo desde el sufrimiento y el duelo”, señaló, según lo reseñado por La Opinión.
Asimismo, indicó que según las clases sociales, el sentimiento suele variar entre la tristeza y el miedo con más frecuencia. En el caso de los sectores pobres predomina la depresión y la rabia, mientras que en la denominada “clase media” predomina elmiedo ante un futuro incierto.
Por su parte, María del Pilar Triana, coordinadora de la maestría en psicología comunitaria de la Unad, enfatizó la necesidad de integrar socialmente a los migrantes pues, aunque ellos han encontrado mecanismos de organización social y política, es importante que la acogida “sea en doble vía” para también apoyar a quienes han decidido quedarse en Venezuela.
