El padre Clemente La Cruz como fue conocido por la población del municipio Alberto Adriani, se constituyo en el sacerdote onceavo que le correspondió la tarea de la conducción de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de El Vigía. Su preocupación por una iglesia misionera, quedo quizás plasmada en haberle aportado al municipio Alberto Adriani los colores de su bandera a partir de la devoción a su patrona espiritual.

Eudes J. Blanco P.

 

Al cumplirse los setenta y ocho años del natalicio del presbítero Clemente La Cruz, es necesario destacar quien fue este espigado hombre de saludo recio, amable y con el más alto sentido del humor.

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Nació en la población de Jají, el 23 de noviembre de 1938. Su educación la  inicia en la escuela monseñor Jáuregui de Ejido donde cursa los primeros grados de primaria; a la edad de 10 años entra al Seminario Domingo Sabio de los Padres Salesianos en Caracas, donde concluye su educación primaria y secundaria.

En 1.955  profesa los primeros votos temporales como miembro de la Sociedad Salesiana de Don Bosco e inicia estudios filosóficos y del magisterio en el Seminario Mayor de los Padres Salesianos en Altamira, Caracas, que concluye con el título de maestro. En 1.961, viaja a Italia para cursar estudios de teología en el Instituto Santo Tomasso D` Aquino de Sicilia, Italia, donde es ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1965.

La Vocación Educativa

Regresa a Venezuela e inicia su labor sacerdotal acompañada por una profunda vocación educativa, primero en el Instituto Filosófico de Altamira de Caracas y al año siguiente (1966) como misionero salesiano en San Fernando de Atabapo, Territorio Federal Amazonas, donde regenta el colegio indígena de la comunidad.

Para 1967, regresa a Caracas y es profesor en el colegio San Francisco de Sales e inicia la licenciatura en Educación, mención ciencias sociales en la Universidad Católica Andrés Bello, la cual culmina en el año 1971. Entre 1968 – 1970 es docente y administrador del Liceo San José de Los Teques, para luego pasar al Colegio Don Bosco de Valencia, estado Carabobo.

En 1972 la congregación salesiana lo destina al Colegio Santo Tomás de Aquino de Valera, donde se desempeña como director, aquí permanece cuatro años. En 1977, retorna a Caracas y pasa a dirigir la Escuela Técnica Popular Don Bosco en Boleíta y en 1979 dirige el Colegio Don Bosco de Altamira.

Vocación catequética

 A partir de 1981, y hasta su muerte acaecida el 03 de agosto de 2008, inicia una dedicación exclusiva a la vida parroquial de la Arquidiócesis de Mérida. Entre 1982 -1985, fue designado sacerdote en los pueblos del sur: El Morro, Acequias y San Pedro, al mismo tiempo que era el encargado de la pastoral vocacional de la  Arquidiócesis y profesor del Seminario.

Entre el  03 de enero de 1986 y el 03 de octubre de 1992, es el sacerdote de la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de El  Vigía y el segundo vicario episcopal para la zona Panamericana. Luego es párroco en: Iglesia Santiago Apóstol de la Punta (1992-1995); iglesia Nuestra Señora de Fátima en Tovar (1995 -1997) y en la iglesia de la Sagrada Familia y director del colegio homónimo en Propatria, Caracas (1997-1998).

Retorna a Mérida, y entre 1998 y 2002, es el sacerdote de la iglesia de San Antonio de Padua de Tabay y asesor de los ministerios laicales de la Arquidiócesis, actividades que desarrollo hasta que su salud comenzó a decaer producto de dificultades cardiovasculares.

La presencia de cinco años y nueve meses, del presbítero Clemente La Cruz, en El Vigía es de grata recordación. El profesor Delibrando Varela destaca dos hechos inolvidables de su gestión: la segunda visita pastoral de monseñor Miguel Antonio Salas (10 al 23  de mayo de 1986) y la primera visita pastoral realizada por el Obispo Auxiliar de Mérida, monseñor Baltasar Porras (14 de octubre de 1990).

Hay un común denominador de lo que para él fue prioritario en su labor sacerdotal: su constante amor e interés por la catequesis. Según el presbítero Jesús Andrés Pérez, fue un sacerdote con “…espiritu crítico y preocupado por esta iglesia misionera en la que los Laicos deben ejercer su papel protagónico”.

Su accionar en el municipio Alberto Adriani, se caracterizó por la dedicación  y la entrega total, quien en sencillez y la humildad transmitia a sus feligreses y comunidades la idea de una iglesia renovada y misionera que yendo más allá de lo liturgico y lo sacramental, fuera más eficaz en la vivencia del evangelio.

Un último aporte, no menos extraordinario para la identidad del municipio, es que al integrar una comisión conformada por los profesores Guillermo Briceño y Celsa Romero de Del Mar y el entonces capitán de la Guardia Nacional Omar Dalal Burgos, para elaborar el estandarte representativo de la celebración de los cien años del primer recorrido del ferrocarril, coloco en el pendón los colores del ropaje de la Virgen del Perpetuo Socorro: azul marino (manto); rojo (túnica) y verde mar (tocado), de ahí provienen los colores de la bandera del municipio.

* Historiador – eudesblanc@gmail.com