Este año ha habido una cantidad récord de siniestros en el país, 74.155 hasta el martes. Expertos asocian el crecimiento de los focos de fuego a la deforestación promovida por hacendados

El lunes, a las 15.00, Sao Paulo se oscureció. De repente. Pese a estar a más de 3.000 kilómetros de la Amazonia, la megalópolis sintió los efectos de los incendios que, desde hace días, se extienden por las áreas selváticas y se propagan por los estados de Acre, Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur. El pasado 10 de agosto, en tanto, los hacendados del estado de Pará organizaron el “Día del Fuego”, en el que quemaron áreas para pastos y en proceso de deforestación. Según uno de los líderes, entrevistado por el periódico de la ciudad amazónica Novo Progresso, los terratenientes se sienten “amparados por las palabras de Jair Bolsonaro”. También afirmaron que deseaban mostrar al Presidente de Brasil “que quieren trabajar”.

“Todo indica que lo consiguieron”, comentó la escritora brasileña Eliane Brum en una columna publicada en el diario El País. Según los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE), en esa fecha los incendios aumentaron un 300% en Novo Progresso, con 124 focos. Al día siguiente, el número subió a 203.

Y la situación no hace más que repetirse en todo Brasil. Según datos del Programa de Quemas del INPE, que contabiliza los incendios con la ayuda de imágenes de satélite, este año ha habido una cantidad récord de incendios forestales en el país, 74.155 hasta el martes. Eso es un incremento de 84% en comparación al mismo período del año pasado. Además, es el número más alto de focos de enero a agosto en siete años, apuntó el portal G1 de Globo.

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De acuerdo con el INPE, durante la última semana, los focos de incendio han afectado 68 zonas protegidas o reservas indígenas de la región amazónica. De hecho, el Amazonas concentra el 52,5% de los brotes de quemas en 2019.

Esos focos se intensificaron en un marco de avance rápido de la deforestación en la región amazónica. Así lo indica un informe del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que desde hace 28 años estudia la región. Según esta institución, la tasa de deforestación en la selva brasileña creció un 66 % en julio pasado, aunque ese porcentaje llega al 278 %, según las proyecciones del INPE.

En la misma línea, la organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam) asoció el crecimiento de los focos de fuego a la deforestación promovida por hacendados. “El número de focos de calor registrado en la Amazonía ya es en un 60% superior al de los últimos tres años y ese peak tiene relación con la deforestación y no con una sequía más fuerte como podría suponerse”, denunció la organización. “Si la sequía no explica los actuales incendios, la retomada de la deforestación de la selva sí lo hace. El fuego es normalmente usado (por colonos y hacendados) para limpiar el terreno después de la deforestación”, agregó el Ipam en un comunicado en el que se refirió al aumento de los incendios. // latercera.com