El tercer apagón general, sometió a los zulianos a una limitada dieta de carbohidratos y, en el mejor de los casos, huevos, como única vía para consumir proteína, a consecuencia de la dificultad para abastecer sus alacenas. “Solo estamos comiendo arroz, harina y huevos. Cuando mucho, pan, si es que se puede comprar, pero mientras […]
El tercer apagón general, sometió a los zulianos a una limitada dieta de carbohidratos y, en el mejor de los casos, huevos, como única vía para consumir proteína, a consecuencia de la dificultad para abastecer sus alacenas.
“Solo estamos comiendo arroz, harina y huevos. Cuando mucho, pan, si es que se puede comprar, pero mientras estabamos sin electricidad era muy difícil encontrar locales abiertos”, señaló Luisa Juárez, de Cañada Honda.
Otros, como Daira Duarte, vecina de Amparo, recibieron el apagón sin reservas alimentarias. “Esto ha sido terrible. Ya al segundo día de apagón no tenía cómo darle la comida a mi niña, que era la que más me preocupaba, me tocó apelar por la solidaridad de mis vecinos y pedir que me dieran un poquito de arroz, harina y caraotas”, apuntó.
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“Cenamos con carne el mismo viernes que quedamos a oscuras, y ni pensar en comprar de nuevo. Almorzábamos pan con huevo, arroz con huevo y así estuvimos. Todavía hoy, que ya medio hay luz, se dificulta conseguir comida por las larguísimas colas que hay para comprar”, dijo Clara Valbuena, del sector San Jacinto. / Fuente Panorama