Varios expertos en materia de seguridad responden en el semanario inglés The Economist a la pregunta de por qué Donald Trump no ha intervenido todavía Venezuela, pese a que sigue insistiendo en que esa opción sigue sobre la mesa. Según los expertos, una intervención militar sería algo “imprudente” por cuatro motivos principales: 1.- Requiere un gran esfuerzo logístico y operacional. Debido […]

Varios expertos en materia de seguridad responden en el semanario inglés The Economist a la pregunta de por qué Donald Trump no ha intervenido todavía Venezuela, pese a que sigue insistiendo en que esa opción sigue sobre la mesa. Según los expertos, una intervención militar sería algo “imprudente” por cuatro motivos principales:

1.- Requiere un gran esfuerzo logístico y operacional. Debido a las características topográficas del país, de unas considerables dimensiones y con zonas montañosas, una intervención militar requeriría un gran esfuerzo militar. Así pues, sería necesario destinar un elevado número de efectivos, tanto para la primera fase de una intervención militar, como para hacer frente a los grupos insurgentes y mantener un orden posterior.

2.- Riesgo de crear una “Libia en el Caribe”. Teniendo en cuenta que el ejercito sigue apoyando a Nicolás Maduro, mientras que un gran número de ciudadanos afirman respaldar una intervención exterior, los expertos valoran que existe el riesgo de que se formen milicias paralelas a los grupos oficiales, lo cual desencadenaría un verdadero caos en el país.

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3.- Inevitable conflicto regional. Una intervención militar por parte de Estados Unidos utilizando Colombia como puerta de entrada provocaría un conflicto entre los países vecinos. La analista Cynthia Arnson asegura que no existe una opción militar para la crisis venezolana que no implique un “prolongado” conflicto regional. 

4.- El poder de los aliados de Maduro. Cualquier intervención, asegura The Economist, debe tener en cuenta las alianzas exteriores con las que cuenta el Gobierno chavista. Pese a que algunos de los países que reconocen al todavía presidente de Venezuela no suponen un riesgo para los planes de Trump, otros como Cuba -con su actual apoyo militar a Maduro- y Rusia y China -con su poder de veto en la ONU-, podrían dificultar que Estados Unidos desarrollase su estrategia interventora.

Los analistas valoran, sin embargo, otras opciones de intervención “menor” que no implicaría tan altos costes. Una de las opciones sería armar a grupos anti-Maduro para ofrecer un apoyo exterior sin intervención, pero las posibilidades de que una acción de este tipo salga bien son tan pocas, que ni siquiera podría ser considerada una opción.

En un segundo lugar podría considerarse, llegado el momento, la posibilidad de hacer llegar la ayuda humanitaria por aire a través de los llamados “air drops”,entregas de material con paracaídas des del cielo. Pero incluso una intervención de este tipo requeriría combatir contra las fuerzas aéreas de Maduro, lo cual volvería a hacer necesario un considerable esfuerzo militar.

Esta dificultad para elaborar una estrategia factible es, según dicen los expertos, el motivo por el cual Estados Unidos todavía no ha ofrecido un plan “inminente”pese a que Donald Trump y sus asesores siguen insistiendo una y otra vez en que “todas las opciones siguen sobre la mesa”.