La mejor contribución al desarrollo económico de la unidad regional surlaguense es la que obvie lo histórico y se empeñe en lograr la prosperidad dentro de una planificación regional idónea, respetuosa de los derechos políticos territoriales estadales y municipales, siempre y cuando esté al mando una autoridad ministerial única con potestad para ejecutar programas de inversión y desarrollo

Jóvito Valbuena Gómez*

En la serie de artículos publicados sobre el sur del lago de Maracaibo, hemos visto que se trata de una llanura baja y uniforme en cuanto a riqueza hídrica y extraordinaria producción agropecuaria, la cual se lleva a los mercados nacionales por carreteras que cruzan su territorio sin límites de ningún tipo. Es decir, se trata de una unidad regional tanto en lo físico natural como en lo económico de significativa importancia nacional.

Pero por razones históricas esa unidad geográfica se delimita políticamente en territorios pertenecientes a cuatro estados o entidades federales (Zulia, Mérida, Táchira y Trujillo) desde que Venezuela aprobó sus primeras leyes de división político territorial. Sin embargo, estas leyes, en algunos casos, desconocieron antiguos derechos territoriales de ayuntamientos y capitales provinciales, dando lugar a problemas y discusiones limítrofes entre estados que aún hoy día están pendientes de resolución definitiva.

Haga un comentario

Haga clic en este recuadro e inicie o mantenga una conversación de este tema, interactúe con los demás.

Entre los estados Mérida y Zulia la discusión limítrofe se centra en el trazado de la llamada “Línea Codazzi”  aceptada por Zulia pero cuestionada por Mérida, dada la falta de precisión cartográfica y despojo de parte del territorio conquistado y colonizado por órdenes del ayuntamiento merideño, desde 1592 cuando fundó el puerto de Gibraltar para el intercambio comercial Mérida – Maracaibo. Por esta y otras razones sustentables jurícamente, la constitución y la ley de división territorial merideñas sostienen que la costa sur del lago es el límite norte del estado Mérida. En 1904, Zulia aceptó devolverle a Mérida parte del territorio reclamado mediante el Tratado de Palmarito, el cual la puso en posesión del espacio y puerto que hoy conforman la parroquia Independencia del Municipio Tulio Febres Cordero (Nueva Bolivia). A posteriori, dado el acelerado poblamiento, la intensificación del uso de la tierra y el consecuente fortalecimiento del intercambio comercial regional, se formaron sobre la Línea Codazzi nuevos centros de población que, por lo ya dicho, eventualmente se constituyen en “puntos de conflicto limítrofe” Un caso emblemático es el de Los Naranjos, a la vez  capital de dos parroquias, una zuliana, otra merideña.

Este servidor es uno de los estudiosos de las diferencias limítrofes entre los estados Zulia y Mérida y como tal ha salvaguardado los derechos históricos y políticos territoriales de Mérida, pero al propio tiempo reconoce sin ambigüedades, que la mejor contribución al desarrollo económico de la unidad regional surlaguense es la que obvie lo histórico y se empeñe en lograr la prosperidad dentro de una planificación regional idónea, respetuosa de los derechos políticos territoriales estadales y municipales, siempre y cuando esté al mando una autoridad ministerial única con potestad para ejecutar programas de inversión y desarrollo. De lo contrario, mal podríamos apoyar intereses opuestos a la autonomía gubernamental estadal y municipal, la cual, además, debe ser amparada por verdaderos programas de descentralización regional.

* Geógrafo – jvalbuena_2000@yahoo.com