La oposición venezolana ha dado una gran pelea para sacar del poder al chavismo. Debido a esa larga lucha, solamente el 12% de la población desea que Maduro continúe en el poder

El consultor y analista político cubano-venezolano, Joaquín Pérez Rodríguez, publicó este miércoles un artículo donde da “consejos prácticos para salir de Maduro y sus secuaces”, a través del cual asegura que, “sin ningún tipo de duda”, el referendo revocatorio sacará al presidente Nicolás Maduro y al chavismo del poder, de celebrarse este año.

A continuación, el artículo completo de Joaquín Pérez Rodríguez.

La oposición venezolana ha dado una gran pelea para sacar del poder al chavismo. Debido a esa larga lucha, solamente el 12% de la población desea que Maduro continúe en el poder. Más del 60% quiere que su mandato cese y la popularidad del partido oficial es negativa. Un 90% rechaza al Psuv y un 10% lo respalda.

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Cada vez el régimen pierde más espacio y se arrincona con los pocos aliados que le van quedando, Raúl y Fidel Castro, la Guardia Nacional, los narcos y las bandas armadas.

Al comienzo el chavismo tenía un gran apoyo popular, todos los mecanismos de poder y la capacidad de hacer trampas electorales a su antojo. Con el tiempo eso ha ido cambiando.

El proceso de aprendizaje de la oposición ha sido paulatino y lento. En Cuba, los opositores decidieron combatir a Castro por la fuerza desde el primer momento. En Venezuela, decidieron hacerlo en paz y con la poca legalidad ciudadana que le iban dejando. En Cuba el gobierno tomó las redes del poder de inmediato y mató, detuvo o expulsó a todo opositor. En Venezuela esta toma del poder ha durado casi 20 años. Mientras el gobierno aprovechaba las enseñanzas fidelistas para controlar y mantenerse en el poder, la oposición tuvo que aprender de cero, no había una experiencia similar que sirviera de ejemplo.

Y así pasó. De la estrategia de sacar a Chávez a como diera lugar se pasó a una nueva estrategia de tratar los temas que preocupaban a la gente y dar soluciones. Esto fue dando frutos.

Las trampas chavistas de modificar resultados de actas en centros de votación se contrarrestaron con vigilancia en todos los centros de votación y con acciones puntuales en aquellos lugares donde la trampa era evidente. Se neutralizó también la trampa electrónica.

Se deterioró el control total de las instituciones a través de gobernaciones y alcaldías y después mediante el control absoluto de la Asamblea Nacional por la oposición. Se realizó una excelente labor internacional que ha dejado cada vez más solo al gobierno.

La incapacidad para gobernar, la caída del precio del petróleo, la inseguridad, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, y la desaparición del líder ha creado un cataclismo político-social muy difícil de describir si no se ha vivido. La cubanización del proceso se ha logrado casi totalmente y la olla está al estallar.

Ahora, la oposición ha pedido la celebración de un referendo revocatorio que, sin ningún tipo de dudas, sacará a Maduro del poder. El problema es que si este referendo no se celebra antes de diciembre, Maduro saldrá, pero el chavismo no. El vicepresidente que nombre Maduro asumirá el poder si la consulta se celebra después de diciembre.

Pero, ¿por qué, con todas estas consideraciones, el sistema no ha colapsado? ¿Por qué Maduro se mantiene en el poder?.

¿Cómo terminar con esta desesperante situación de un país que necesita salir del chavismo y un chavismo que hará todo lo posible para no salir del poder? Aquí van algunos consejos prácticos.

En primer lugar, la oposición no sólo debe estar unida, sino parecerlo ante la opinión pública. Todo el que quiera salir de esta situación debe unirse a la MUD como una necesidad imprescindible.

En segundo lugar, el revocatorio antes de diciembre es la vía. El diálogo es el revocatorio.

En tercer lugar, la desesperación de la gente debe enfilarse contra el gobierno. Si hay un asesinato espantoso, el culpable no es solamente el asesino o el hampa, es el gobierno. Si se forma una inmensa cola para obtener alimentos o pasar a Colombia a comprar comida, esas colas deben ser sonoras, estratégicamente orientadas contra el gran culpable: el gobierno. Así como aprendió la oposición a cuidar los votos y evitar las trampas, así también debe aprender a utilizar las colas como el gran medio de comunicación contra Maduro y sus secuaces.

Por último, si el gobierno se sale con la suya y la consulta popular no va este año, se debe dar el paso final: la huelga general.

Pero no una huelga de pacotilla, una huelga donde el banco abra dos horas, donde el supermercado venda a escondidas alimentos, donde el transporte continúe y la electricidad llegue a todos lados. Debe ser una huelga nacional, total, bien planificada, donde nadie se mueva de sus casas para hacerle difícil al gobierno agredir a los ciudadanos con sus matones. Una huelga que no cese sin el compromiso de celebrar el revocatorio este año. Serán unos días duros, unos días sin luz, sin agua, ni alimentos, pero solo unos días y la pesadilla pasará.

El país está tan destrozado que una huelga general no le hará más daño. Bien vale el sacrificio para este esfuerzo final.