Por segundo día consecutivo, los pacientes renales de la Unidad de Diálisis Riverside en Bello Campo (Caracas) salieron a las calles a protestar. Este martes, 26 de marzo, lo hicieron porque el centro de salud no posee una planta eléctrica y, en medio del apagón, no pueden recibir su tratamiento. Rafael Bastidas tiene cinco días sin dializarse. Desde antes del apagón que se registró este lunes, 25 de […]

Por segundo día consecutivo, los pacientes renales de la Unidad de Diálisis Riverside en Bello Campo (Caracas) salieron a las calles a protestar. Este martes, 26 de marzo, lo hicieron porque el centro de salud no posee una planta eléctrica y, en medio del apagón, no pueden recibir su tratamiento.

Rafael Bastidas tiene cinco días sin dializarse. Desde antes del apagón que se registró este lunes, 25 de marzo, y que afectó a al menos 16 estados del país, el paciente de 50 años ha atravesado innumerables obstáculos para poder recibir sus sesiones.

“Todas las salas de diálisis deberían tener una planta eléctrica de emergencia para responder en este tipo de casos. Esta es una situación crítica”, dijo Bastidas.

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“Estamos viendo si un familiar de un paciente nos puede prestar una planta para poder resolver la contingencia porque el Ivss (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales) no nos ha dado respuesta. Lo más probable es que tengamos que pagar nosotros por usarla”, continuó.

Bastidas es uno de los 160 pacientes que reciben atención médica en la unidad ubicada en el municipio de Chacao. Desde el pasado jueves, 21 de marzo, no ha podido dializarse.

La interrupción del suministro eléctrico no es lo único que impide que los pacientes reciban sus terapia. También la ausencia de materiales para el funcionamiento de los riñones artificiales juega en contra.

“Yo me tenía que dializar el sábado (23 de marzo), pero el Ivss envió unos materiales que no eran compatibles con las máquinas y tuvieron que suspender la sesión”, dijo.

Luis Puello también llegó a la Unidad Riverside temprano este martes con la esperanza de poder dializarse. Tampoco recibe su tratamiento desde el pasado jueves.

“Estamos hinchados y ahogados por no tener las diálisis“, explicó. Añadió que este lunes, 25 de marzo, solo un turno de pacientes pudo ingresar a la sala durante apenas dos horas porque el centro se quedó sin energía eléctrica. Cuando apenas habían pasado 30 minutos, los tuvieron que desconectar porque se fue la luz.

Al igual que el resto de sus compañeros de diálisis, Puello teme que el apagón se extienda y pase más días sin poder dializarse.

“Esta es nuestra vida y necesitamos nuestras diálisis. Aquí, en la Riverside, mucha gente muere. Ayer falleció un paciente“, lamentó.

Los pacientes renales necesitan dializarse tres veces por semana por un período de cuatro horas y con una frecuencia interdiaria. Las máquinas cumplen la función del riñón y se encargan de limpiar las toxinas que se acumulan en la sangre.

De no recibir tratamiento, los valores de las personas con insuficiencia renal se disparan. Entre los síntomas están la sensación de ahogo y la hinchazón por la retención de líquido. / Efecto Cocuyo