Los orígenes del desarrollo sostenible como planteamiento alternativo al modelo de desarrollo vigente, lo podemos ubicar hacia el año 1962, con la publicación del libro Silent Spring, de la bióloga estadounidense Rachel Carson.

logo jueves de ciudadHoy en día, el termino sostenibilidad es prácticamente de uso común en el lenguaje cotidiano, a diario es referido en artículos, conferencias, noticias o en la publicidad de instituciones o empresas.  Algunas veces, este uso se hace de forma indiscriminada y superficial, sin atender de ninguna manera a lo que verdaderamente denota su significado. En este sentido y para hacer un modesto aporte en aras de aclarar dicha vaguedad, hemos tratado de indagar en los aspectos que dieron origen al término, no en su sentido etimológico, sino más bien  en los hechos que lo originaron. Al hablar de sostenibilidad, debemos hacer referencia a otra palabra que ha estado asociada a su origen: desarrollo, es decir, desarrollo sostenible.

Los orígenes del desarrollo sostenible como planteamiento  alternativo al modelo de desarrollo vigente, lo podemos ubicar hacia el año 1962, con la publicación del libro Silent Spring, de la bióloga estadounidense Rachel Carson. Dicha publicación es  considerada como el primer documento en generar un impacto significativo para romper con la indiferencia institucional característica de los años 60`s en relación al tema -la correlación entre economía, medioambiente, tecnología y sociedad-. A partir de esta fecha, se comienzan a motorizar las estrategias por parte de grupos ecologistas para forzar la inclusión o “institucionalización” del problema en Naciones Unidas.

En 1982 se crea la *Comisión Mundial para Medioambiente y Desarrollo (Word Comission On Enviromental and Developmet). Esta comisión es la responsable de elaborar el primer documento institucional que aborda el problema del modelo de desarrollo  y su impacto en el medio ambiente. Dicho documento se denomina “Nuestro Futuro Común” (Our Common Future). Su redacción se culmina en 1987, y de él se desprenden dos aspectos importantes: 1. El medio ambiente, no debe reducirse solo al mundo natural, ni el desarrollo entenderse como mera asistencia de los países ricos a los pobres. 2. La definición de desarrollo sostenible, como aquel que permite satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Ello implica reconocer que existen límites en la capacidad de la biosfera de absorber los efectos de la actividad humana. Por tanto se hace necesario adoptar y evolucionar el estado de la tecnología, y las formas  de organizar socialmente el espacio.

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Sin embargo, a pesar del intento de   definir el desarrollo sostenible desde un punto de vista institucional, surge para el momento una multiplicidad de interpretaciones, que generan confusiones conceptuales y por tanto  su  aplicación en términos prácticos. Es así como, en las conferencias de Naciones Unidas de Rio de Janeiro (1992) y Johannesburgo (2002), se avanza en dos aspectos sensibles para delimitar el concepto: 1. La noción de responsabilidad colectiva, alcance local, nacional, regional y global. 2. Se define un modelo de tres áreas interrelacionadas: la económica, la social y la ambiental, la llamada sostenibilidad ampliada. Así mismo se establecen en estas conferencias los objetivos de corto término o corto plazo (2015) Declaración del Milenio, y los de mediano alcance (2050) establecidos por el  Board on Sustainable Develpment, en base a los escenarios previstos por el Global Scenario Group.

 A pesar de todos estos esfuerzos continúan existiendo una gran diversidad de definiciones. Esta diversidad, no es más que un emergente de la complejidad inherente al concepto de desarrollo sostenible, ello en su relación con la dispersión de intereses y aspiraciones, representados por los distintos actores involucrados – instituciones gubernamentales, movimientos sociales, corporaciones, pequeños productores– que han ido gestando sus propias tácticas y estrategias a lo largo de estas décadas

De todos modos, cualesquiera de las miradas sobre el tema, implican la necesidad de realizar una transición hacia el desarrollo de otras formas de vida y esto involucra la necesidad de pensar una ciencia y una tecnología acordes a esta nueva forma de habitar el mundo.

 

  • Conocida también como Comisión Brundtlan, en atención al  apellido de la primer ministro Noruega, encargada de presidirla

 

Lcdo. José Gregorio Pérez