Guaidó se autojuramentó presidente interino del país el 23 de enero luego de que el Legislativo declarara a Maduro “usurpador”

Desde que Juan Guaidó asumió el mando del Parlamento hace un mes, una cadena de acontecimientos cambió el panorama de la crisis en Venezuela. ¿Cuál es la estrategia del líder opositor en su abierto desafío al presidente Nicolás Maduro?

Guaidó se autojuramentó presidente interino del país el 23 de enero luego de que el Legislativo declarara a Maduro “usurpador” por iniciar el 10 de enero un segundo mandato que, al igual que parte de la comunidad internacional, considera ilegítimo por ser resultado de “elecciones fraudulentas”.

Aquí cuatro puntos clave de la estrategia de Guaidó:

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EEUU

Estados Unidos, que endureció las sanciones a Venezuela, Maduro y su círculo de poder, inclinó la balanza.

Donald Trump fue el primero en reconocer a Guaidó como presidente encargado. Y el pasado lunes disparó al corazón mismo del país, al sancionar a la petrolera estatal PDVSA y bloquear sus activos y cuentas.

“Es un paso decisivo que los fondos que debe pagar Estados Unidos al gobierno por el petróleo no se le paguen a Maduro, sino a Guaidó”, comentó el analista Luis Salamanca.

Las sanciones llegan en momentos en que el país y PDVSA están en default y la producción petrolera en el nivel más bajo de las últimas tres décadas: 1,3 millones de barriles diarios.

Para el politólogo Jesús Castillo-Molleda, es determinante “la actuación del gobierno estadounidense con sus aliados”. Por primera vez, la crisis fue abordada en el Consejo de Seguridad de la ONU.

“Estados Unidos está comprometido con su tesis del colapso total para desestabilizar a Maduro. Su éxito significaría la implosión del chavismo; pero si fracasa, como en Cuba, Siria o Irán, el más afectado será el pueblo”, opinó el economista Luis Vicente León.

Aislamiento

Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima (integrado por Canadá y 13 países latinoamericanos) desconocieron los comicios en los que fue reelegido Maduro en mayo pasado, boicoteados por la posición y denunciados como fraudulentos.

Para Castillo-Molleda, la articulación con las fuerzas internacionales “desmoraliza al gobierno y lo descontrola”.

Washington, el Grupo de Lima -excepto México tras la asunción de Andrés Manuel López Obrador- y la UE consideran “ilegítimo” a Maduro.

De ese grupo, sólo el bloque europeo no reconoció aún a Guaidó, pero Alemania, España, Francia, Holanda, Portugal y Reino Unido dieron un ultimátum a Maduro para que convoque a “elecciones libres” o avalarán al opositor.

“No ha habido un apoyo internacional de tal envergadura a un político”, algo “fundamental para dejar solo a Maduro”, aseguró Salamanca. A ello contribuyó un fuerte ‘lobby’ en el exterior en los últimos dos años.

En Europa, el exjefe parlamentario Julio Borges fue recibido por los gobernantes de Francia, Alemania, España y Reino Unido; Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López -bajo arresto domiciliario-, se reunió con Trump en la Casa Blanca y en América Latina la ofensiva se enfocó en el Grupo de Lima.

Cara fresca

Guaidó, ingeniero industrial de 35 años formado en el partido de López, Voluntad Popular (VP), asumió la presidencia del Congreso el 5 de enero.

“Su imagen transmite sensación de renovación y levantó confianza”, aseguró el analista Félix Seijas.

Para Castillo-Molleda, “la autoproclamación trajo (…) esperanza en el sector de la población que estaba desactivado”.

Y aunque “puede ser sentimental”, ese efecto llevó la crisis “a otro nivel”, agregó Castillo-Molleda, ayudando a superar la frustración y el temor que dejaron cuatro meses de protestas en 2017, saldados con unos 125 muertos.

Según la consultora Eurasia Group, el reconocimiento internacional de Guaidó elevó su perfil y lo consolidó como “principal cara de la oposición”, e impulsó a los adversarios de Maduro, que mostraron que aún pueden convocar protestas masivas como en la que se juramentó el diputado.

Para el politólogo Carlos Romero, el éxito de la estrategia “también tiene que ver con el malestar popular por el agravamiento de la crisis”, con una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% este año y la escasez de alimentos y medicinas.

Oposición más racional

En 2015, la oposición asestó la mayor derrota electoral al chavismo, al arrasar en las parlamentarias.

Pero tras el bloqueo de un referendo contra Maduro y las protestas de 2017, la oposición profundizó sus divisiones por intereses partidistas y divergencias sobre cómo enfrentar al mandatario. Se sumó además el exilio, encarcelamiento e inhabilitación de varios dirigentes.

El quiebre se profundizó con las elecciones de gobernadores de 2017 y las presidenciales de 2018. Unos las boicotearon por considerar fraudulentos esos procesos y otros participaron para no dejar vía libre al chavismo.

“Desde las parlamentarias no se observaba a una oposición cohesionada, con una estrategia, sin importar las diferencias” que aún existen, estimó Castillo-Molleda.

Romero advierte que aunque líderes tradicionales como Henrique Capriles y Henry Ramos Allup “aún no aparecen en la foto (con Guaidó), tampoco lo atacan”, lo que considera una “decisión racional para impulsarlo”. AFP