En política quien llama al contendor suele ser el perdedor, pero estratégicamente no se debe confiar, cuando el que llama ha gobernado por 17 años. Estamos asistiendo a la peor crisis social, política y económica. El desarrollo dramático que sigue el hilo rojo del relato da la impresión de melodrama folklórico con una adocenada moraleja reaccionaria.
En política quien llama al contendor suele ser el perdedor, pero estratégicamente no se debe confiar, cuando el que llama ha gobernado por 17 años. Estamos asistiendo a la peor crisis social, política y económica. El desarrollo dramático que sigue el hilo rojo del relato da la impresión de melodrama folklórico con una adocenada moraleja reaccionaria.
j.g. guerrero lobo*
En política quien llama al contendor suele ser el perdedor, pero estratégicamente no se debe confiar, cuando el que llama ha gobernado por 17 años. Estamos asistiendo a la peor crisis social, política y económica. El desarrollo dramático que sigue el hilo rojo del relato da la impresión de melodrama folklórico con una adocenada moraleja reaccionaria, muy parecido a lo sucedida después de la Guerra Federal. En 1998 Freddy Ganteaume publicó “La hidra vandálica”, historia novelada de la Guerra Federal, que describe tiempos en el que saber leer y escribir podía costar la cabeza en algunas partes de una Venezuela montaraz y semisalvaje. Aplica también a la actual situación política, económica y social, donde una hidra vandálica se ha vuelto a apoderar del país.
La situación del país, es la más fuerte de nuestra historia, esto forma parte del libreto de la opereta, esta será una Navidad “marcada por la crisis”. Vamos a tener una contracción que se calcula en 11%, con una inflación cercana al 500%, una caída de 45% en las importaciones, una contracción de casi el 12% en el consumo privado, pagar los aguinaldos (sal y agua y generan inflación); esta decisión del gobierno de adelantar la Navidad es una medida política destinada a bajar el clima de tensión que existe en el país; necesita neutralizar toda la ola de protestas organizadas por la oposición y generar un ambiente de celebración después de que tomó algunas estrategias con un gran costo político como sabotear el referendo revocatorio.
La salida de la crisis pasa por un cambio de modelo político y económico, y pareciera que este gobierno no está dispuesto a hacerlo. Por eso también la salida a la crisis pasa por un cambio gubernamental. En la medida que no se de ese cambio esta crisis se irá profundizando.
Aldous Huxley1, en su obra “Un mundo feliz”, expresó una verdad que, si lo asimiláramos, ayudaría a zanjar la incomprensión actual centrada en la sistémica falta de entendimiento: “Gracias a las palabras nos hemos elevado por encima de los animales, y gracias a ellas nos hundimos frecuentemente al nivel de los demonios”.
Cada una de las partes ha dicho, que con el mismo diablo, hablarían para lograr dialogar a ver si se llega a negociar, me recuerda al Ilustre Coronel Antonio Nicolás Briceño2, quien dejo de lado los principios de la lógica y el Derecho que le había brindado a doctores en leyes, prescindió también de la envergadura creadora de materia legislativa puesta en práctica en el Congreso de 1811 y se lanza a la barbarie para buscar siempre como colocar el equilibrio en el fiel de la balanza, escribió dos patéticos mensajes con respuesta del General Manuel del Castillo y Rada, fechada en Campo de Laura el 19 de abril de 1813, dice mucho de la forma en que actuó el esforzado pero implacable prócer, a quienes ya todos apodaban “El Diablo”, redactor del Decreto de Guerra a Muerte, declaración hecha por Simón Bolívar en El Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813., en horas de la madrugada “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”. La justificación del decreto fueron los crímenes practicados por Domingo Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República 1810-1812.
En la guerra de independencia tan dura y brutal en 1820, se diálogo entre Bolívar y Morillo, y se dio la famosa entrevista en Santa Ana de Trujillo, donde fue planteado un armisticio que luego desemboco en el tratado de regularización de la guerra. Es sabido hoy que cada una de las partes estaba clara los patriotas tenían sus objetivos y los realistas tenían los suyos. Esta gente que estaba en guerra, que eran enemigos, hablaron ¿para qué? Para regularizar la guerra después del Decreto de Guerra a Muerte, que hizo de la conflagración algo muy violento y muy sangriento. Después de ese documento, España reclamaba su derecho a gobernar y los patriotas su derecho a la soberanía, entonces acordaron librar la guerra como lo hacen las naciones civilizadas.
Las reglas establecidas en la Constitución han sido transgredidas y ha vulnerado el estado de derecho. Y nada menos que por aquellos que juraron cumplirla y hacerla cumplir la carta magna. Tal como lo ha dicho la Asamblea Nacional y la dirigencia opositora, aquí se ha roto el hilo constitucional.
Con esta política de opéra-bouffe, opéra-comique, comedia musical, sainete lírico o comedia lírica, esta claro que se evidencia a viejos y nuevos dialogantes, amantes ávidos y desconfiados del teatro musical llamado opereta.
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1 Huxley, Aldous (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta británico. Escéptico y racionalista, evolucionó hacia un misticismo ético de inspiración budista. Autor de Un mundo feliz (1932), donde satiriza la confianza del hombre en el progreso científico y en la sociedad futura.
2 Antonio Nicolás Briceño Nació en Mendoza del Valle de Bomboy, en la Hacienda La Concepción – Estado Trujillo, el 29 de Abril de 1782,- Muere en Barinas, dos horas después que El Libertador Simón Bolívar Palacios firmó la Proclama de Guerra a Muerte, es decir, el 15 de Junio de 1813, a las 5 de la madrugada fue fusilado, el menor de los ocho hijos de Antonio Nicolás Briceño Quintero, conocido como El Abogado, y de Francisca Briceño Pacheco. Pasó la mayor parte de su infancia en Mendoza, durante su estancia allí se ganó el apodo de El Diablo en el colegio por sus representaciones como Lucifer en autos sacramentales. Cursó estudios de jurisprudencia en Mérida y Caracas hasta graduarse en dos tipos de derecho, civil y canónico. Ejercer como abogado en las Reales Audiencias de Santa Fé y Caracas, contrajo matrimonio con María de los Dolores Jérez de Aristiguieta y Aguado el 10 de enero de 1807. De este matrimonio nacieron dos hijas, María Ignacia e Isabel, ambas murieron célibes.
El árbol de Tamarindo, considerado el primer símbolo histórico-natural de la ciudad de El Vigía, el cual estuvo ubicado en lo que es el epicentro de esta joven urbe y tuvo un extraordinario valor en la construcción de la identidad del municipio Alberto Adriani.