Eudes J. Blanco P.*
Hace pocos días, en una amena conversación con el presbítero Carlos Pérez Belandria, tocábamos el tema del rol y papel de los primeros sacerdotes de El Vigía y el espacio geográfico que hoy corresponde a la Diócesis de El Vigía – San Carlos del Zulia, destacando, lo agreste y difícil que debió ser para ellos atender una zona llena de dificultades no solo por las condiciones inhóspitas de sus espacios naturales, sino por una población con poca o nula presencia evangelizadora, donde la barbarie y el salvajismo se imponían ante la civilización y el progreso.
En el anterior contexto le correspondió al presbítero José Ignacio Olivares realizar su actividad misionera en El Vigía y los territorios que hoy corresponden al municipio Alberto Adriani, pero su recia personalidad sumado al dinamismo de un hombre de acción, con talentos, muchas relaciones públicas y una excelente formación tanto religiosa como académica le permitieron sortear con éxito tan difícil tarea.
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La acción religiosa, educativa y social desarrolla por el presbítero José Ignacio Olivares en El Vigía está presente, aún después de sesenta y un años de haberle dado inicio y de cincuenta y siete de culminada, al entregar la parroquia ya constituida, al presbítero Mario de Jesús Santiago Valero el 31 de marzo de 1959.
Cinco acontecimientos trascendentales, de manera secuencial deben destacarse de su gestión de tres años y cuatro meses que estuvo en El Vigía:
1) haber creado la Escuela Parroquial, hoy colegio Santa Teresita, al lado de la antigua Capilla El Carmen, el 15 de septiembre de 1956, institución que según referencia escrita del propio Olivares comenzó a funcionar con tres maestras y 120 alumnas. Su permanencia en el tiempo lo convierte en la actualidad en el colegio con mayor prestigio del municipio que es la mejor carta de presentación de esta obra.
2) haber abierto el libro de gobierno de la futura parroquia eclesiástica, el 30 de Noviembre de 1956, tres años antes de su instalación y su visión como historiador, queda expresado al dejar registro de todos lo acontecido, lo que convierte a este libro en un patrimonio histórico-documental, luego de sesenta años de haber sido abierto.
3) haber construido la pequeña Iglesia de la Palmita, bajo la advocación de nuestra señora de Fátima, la cual se estima por referencias orales que fue inaugurada en octubre de 1957, en donde se destaca la participación de los parroquianos Asunción Méndez, Pepe Acevedo, Efraín García, Antonio Rujano y Luís Torres entre otros. Esta iglesia desde su creación hasta su elevación a parroquia el 31 de julio de 2004, perteneció a la Iglesia de la Candelaria de Mesa Bolívar.
4) Realizar el trazado y la construcción del templo parroquial, en el logro de este objetivo consigue que el Arzobispo de Mérida monseñor Acacio Chacón, realice una visita de inspección y selección del terreno donde se construiría la iglesia en la que se erigiría una nueva parroquia eclesiástica, esta acción se concreto el 14 de abril de 1957, donde el Arzobispo coloco la primera piedra de lo que hoy es la actual Catedral de El Vigía, iniciándose la construcción del templo parroquial el 21 de mayo del referido año. Hay que destacar que el trazado del templo fue realizado por el propio presbítero José Ignacio Olivares, quien previo en sus dimensiones (60 metros de largo, 22 de ancho y 12 de alto), el futuro desarrollo de El Vigía.
En ese proceso de construcción del templo el 17 de febrero de 1958, recibe la primera y única visita pastoral que hizo el arzobispo coadjutor de Mérida, monseñor José Humberto Quintero, para inspeccionar los trabajos del templo en construcción y estudiar la jurisdicción de la nueva parroquia eclesiástica. El 22 de julio de 1958, para celebrar las fiestas del Perpetuo Socorro hizo el traslado provisional del culto al nuevo templo, realizándose el traslado definitivo el 01 de febrero de 1959, con una procesión del Santísimo Sacramento desde la Capilla El Carmen.
5) Cierra su actividad en El Vigía con la instalación de la parroquia eclesiástica de la Virgen del Perpetuo Socorro, el 12 de marzo de 1959, con misa concelebrada con la presencia del arzobispo de Mérida, monseñor Acacio Chacón y de los obispos de San Cristóbal y de Maracaibo: Alejandro Fernández y José Rafael Pulido Méndez, respectivamente.
Tiene en su haber además el haber celebrado la primera Fiesta Patronal en honor a la virgen del perpetuo Socorro el 27 de junio de 1956 y haber realizado en el referido año, por primera vez las misas de aguinaldos.
Pero además se debe destacar en Ignacio Olivares una constante acción social dirigida a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados, en el caso concreto de El Vigía, impulso la dotación de terrenos para vivienda a través de invasiones controladas que dieron origen al barrio La Inmaculada.
A 61 años de su designación como el primer sacerdote de la iglesia católica de El Vigía, no hay dudas que al examinar su labor estamos ante un hombre que realizó una gestión religiosa y social con todo el compromiso y la pasión de un civilizador, que lo convierte en un personaje de primer orden del municipio.
* Historiador – eudesblanc@gmail.com