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El Embalse ingeniero Víctor Martín Elvira

Eudes J. Blanco P.*

 

Cuando se examina la lista de embalses de Venezuela, encontramos que el estado Mérida, tiene posesión de uno de ellos, el embalse ingeniero Víctor Martín Elvira, ubicado en la jurisdicción del municipio Alberto Adriani y conocido popularmente como la represa de Onia. Esta ubicado este embalse sobre el río Onia, en las estribaciones de la cordillera de los Andes (pie de monte andino), a 50 metros aguas abajo de la confluencia de los Ríos Onia y Culegría, a 1 Kilómetro al sur de la carretera Panamericana, en el tramo que une las poblaciones de la Tendida en el estado Táchira y El Vigía en el Estado Mérida, y  a  7,5  kilómetros  de esta ultima ciudad.

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Fue inaugurado hace treinta y nueve años, el 09 de Julio de 1977, por el entonces Ministro del Ambiente Arnoldo José Gabaldòn, acompañado por el gobernador del estado, Rigoberto Enrique Vera y el presidente del Concejo Municipal de Alberto adriani, Clobaldo Salcedo Díaz. El proyectista de esta obra fue el Ministerio de Obras Públicas a través de la Dirección General de Recursos Hidrológicos y el constructor fue el Consorcio P. y H. bajo la supervisión del Ministerio del Ambiente.

El embalse que se encuentra a 116 metros sobre el nivel del mar, tiene las siguientes características: Capacidad total: 52,57 Hm3. Capacidad útil: 51,88 Hm3. Superficie del  embalse: 526,43 Ha. Vida  útil: 100 años. Por su parte la presa  se caracteriza por ser del tipo zonificada de tierra con núcleo inclinado; su altura máxima es de 30,80 metros; un ancho de 10 metros;  la longitud de cresta 450 metros; un borde libre de 1,76 metros; el ancho máximo de la base 165 metros; el volumen de relleno 13 por 10 metros y  la pendiente de talud aguas arriba 3.0:1 y aguas abajo: 2.0:1; el volumen del terraplén es de 1.300.000 metros cúbicos.

La presa posee un aliviadero de emergencias para la evacuación de crecientes extraordinarias, se encuentra ubicado en el estribo izquierdo, cuyo tipo es de vertedero recto con descarga libre cuya longitud de cresta es de 100 metros. La carga sobre el vertedero es de 2,24 metros y la descarga máxima de 435 metros cúbicos sobre segundo. Por su parte la obra de toma se encuentra en el estribo derecho cuyo tipo es una Torre de 29 metros de altura, un conducto de concreto de sección en herradura de D= 3 metros que conduce el flujo a un pozo disipador tipo H (USBR). En la torre están ubicadas la compuerta del tipo rodillo deslizante y doce compuertas planas deslizantes de 1x 3 metros que sirven para cerrar el paso del agua. El gasto máximo es de 90 metros cúbicos sobre segundo.

El objetivo principal de la construcción de este embalse fue el de la mitigación de crecientes y control de sedimentos de los ríos Onia y Culegría especialmente durante los períodos de lluvia y de esta manera evitar los daños a las fincas y caseríos aledaños al lugar, producto del desbordamiento de los mismos, el área beneficiada es aproximadamente de 50 mil hectáreas siendo una de las primeras que se construye en el país, con esta finalidad. La razón de ser de esta obra radica en el hecho que el régimen de lluvias de esta zona está sobre los 1.900 m.m. por año. Hay pocos sitios en Venezuela que igualan o superan tan alto índice de precipitaciones. En esta región llueve casi todos los meses del año y de manera irregular.

El control del material transportado por el río Onia que debía efectuar el Embalse Víctor Martín Elvira, permitiría que los ríos y caños aguas abajo de la presa, definieran sus cauces, con lo cual se lograría el saneamiento y un mejor aprovechamiento de la zona, conjuntamente con la canalización del río Onia y Caño Amarillo. En la realidad, la carencia de mantenimiento desde su inauguración, ha convertido a la presa más bien en la responsable de varios desastres suscitados, hay que destacar el del mes de noviembre de 2000, como lo refería el diario Panorama “Crecida de represa Onia dejó 203 damnificados… Dieciocho casas del sector Culegria están sumergidas en las aguas. La carencia de mantenimiento a lo largo de 23 años de creada la presa funge como la responsable del desastre”. Cuando la vaguada del ańo 2005, las fuertes precipitaciones desbordaron la represa, la cual socavó más de 500 metros de longitud.

En el año 2007 a esta obra le fueron invertidos 12 millones de bolívares fuertes, en la construcción del aliviadero, sin embrago e el mes de abril de 2008 los miembros del Consejo Comunal Santiago de Onia esperaban que “… los trabajos ejecutados en la represa no se conviertan en el mayor disparate realizado, ya que temen cualquier tipo de problema que se pueda generar”. La situación fue denunciada ante el contralor del estado, Frank Castillo Salazar, en base a las siguientes fallas: falta de recubrimiento de los taludes -lo que ya ha producido escarificación de los mismos-, las torrenteras no cuentan con recubrimiento necesario, y la falta del colchón de piedra en cada presa, lo que deja en riesgo la vida útil de la obra.

Otro aspecto que se debe resaltar es que el embalse ingeniero Víctor Martín Elvira, se encuentra ubicado en  una de las cincuenta y ocho Zonas Protectoras del país, calificada como un área ubicada en cuenca hidrográfica que amerita un tratamiento especial por sus características, ubicación y condiciones, que por encontrarse en zonas inmediatas a poblaciones, actúa como agente regulador del clima y de las aguas. Fue establecida como tal en 1975, abarca un área de 101,125 hectáreas que cubre el espacio geográfico ubicado entre los ríos Escalante, Onia y Mucujepe. Aún cuando la declaratoria de una Zona Protectora está destinada a la conservación de bosques, suelos y aguas,  se puede observar con preocupación los altos niveles de deforestación y contaminación en las proximidades del embalse.

El deterioro del embalse aunado a la reforestación y la contaminación ambiental, ha incidido negativamente en ser un reservorio para la flora y la fauna. Atrás quedaron los días de inmensas bandadas de garzas de diversos colores que se cobijaban en esta ecoregión de de los andes venezolanos. Otro aspecto que no fue aprovechado fue el potencial turístico del embalse, atractivo que se forma de la integración del espejo de agua reflejado por la presa a un paisaje sumamente hermoso como son los bosques montanos. No hubo la visión de convertir el espacio en atracción turística que aunada a la presencia cercana de  las fuentes sulfurosas que Schaub describía en 1943 como once manantiales ubicados al suroeste de El Vigía, podrían ser suficientes elementos potenciales para el desarrollo de un turismo ecológico.

El embalse ingeniero Víctor Martín Elvira o Represa de Onia como popularmente se le conoce debe otorgársele como obra su valor patrimonial y por su carácter de Zona Protectora, se debe impulsar programas de reforestación y saneamiento ambiental que vayan más allá de proyectos simbólicos, para dar paso a un espacio para la conservación de la fauna y la flora de la región.

* Historiadoreudesblanc@gmail.com

Embalse ingeniero Víctor Martín Elvira
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