Braulio Sánchez, miembro del consejo comunal San Luis bajo de la población de La Azulita, municipio Andrés Bello del estado Mérida, denuncia la intervención y el ecocidio que han cometido algunas personas inescrupulosas en el parque nacional Sierra de La Culata, afectando con esta acción las cuencas de la jurisdicción, pero además las que surten […]
Braulio Sánchez, miembro del consejo comunal San Luis bajo de la población de La Azulita, municipio Andrés Bello del estado Mérida, denuncia la intervención y el ecocidio que han cometido algunas personas inescrupulosas en el parque nacional Sierra de La Culata, afectando con esta acción las cuencas de la jurisdicción, pero además las que surten […]
Braulio Sánchez, miembro del consejo comunal San Luis bajo de la población de La Azulita, municipio Andrés Bello del estado Mérida, denuncia la intervención y el ecocidio que han cometido algunas personas inescrupulosas en el parque nacional Sierra de La Culata, afectando con esta acción las cuencas de la jurisdicción, pero además las que surten de agua al municipio Alberto Adriani, Sucre, Obispo Ramos de Lora entre otros ubicados en la carretera Panamericana.
Ante tal situación, Sánchez y otros representantes de la organización Ecoazul, se trasladaron hasta el municipio Alberto Adriani y levantaron su voz de protesta, pues aseguran que aunque la denuncia de lo ocurrido ha sido interpuesta ante todos los organismos competentes, hasta ahora nadie ha dado una respuesta oportuna y las únicas sanciones aplicadas a los culpables han sido unas charlas en materia ambiental y la solicitud de siembra de 150 árboles, lo que no soluciona la problemática.
Asimismo, aseguraron que son las mismas instituciones del Estado encargadas de proteger las áreas verdes las que están violentando lo establecido en la Constitución y las Leyes ambientales de la nación, pues en el caso específico de lo que ocurre en La Azulita, el INTI ha dado instrumentos de ocupación dentro del parque.
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Se pudo conocer que esta situación de ecocidio tiene alrededor de cinco o seis años y las consecuencias de la tala indiscriminada ya son palpables en la jurisdicción, pues por el daño a ese importante pulmón vegetal el clima ha comenzado a elevarse y la escasez de agua que viven algunas zonas rurales, debe ser solventada con camiones cisternas.
Por tal motivo estas personas encargadas de denunciar lo que ocurren invitan a la población en general de La Azulita y del estado Mérida, para que vayan y vean por si mismos la situación y se dediquen a trabajar en beneficio del ambiente o de lo contrario en unos pocos años la falta de agua y las altas temperaturas afectaran a toda esta región andina, mientras que a los organismos competentes le exigen severidad y mano dura, para evitar que más personas sigan destruyendo la naturaleza.
