Jóvito Valbuena Gómez*
El nuevo Cardenal de Venezuela, Arzobispo de Mérida, Baltasar Enrique Porras Cardoso, estuvo de visita en ASODEGAA donde se le brindó especial homenaje de reconocimiento y de felicitaciones por su nueva jerarquía eclesiástica.
La Junta Directiva de la Asociación de Ganaderos y Agricultores Alberto Adriani, presidida por el Ing. Luis Calderón Contreras, dedicó el viernes, 21 de octubre, al homenaje previsto para el mediodía, pero dado que el Cardenal fue retenido arbitrariamente por fuerzas de seguridad gubernamental en el aeropuerto de Caracas, al momento de abordar el avión que lo traería a El Vigía, se tuvo que esperar hasta la noche del mismo día cuando finalmente arribó en el último avión de la línea comercial.
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Los lectores se enterarían del arbitrario contratiempo porque la noticia corrió de inmediato por la prensa y redes sociales, dada la dignidad del afectado y su valiente posición crítica frente a la actual crisis nacional, promovida por un gobierno empeñado en violar la constitución y desentenderse de las soluciones políticas, económicas y sociales.
Como “No hay mal que por bien no venga” Monseñor salió airoso del percance y le llovieron, además de las felicitaciones de Asodegaa, los reconocimientos de todo el país, pues todo el mundo sabe que se trata se un prelado, encumbrado ahora en la dirección jerárquica de la Iglesia Católica para trabajar junto al Papa Francisco. ¡Na´guará! dicen los barquisimetanos cuando ocurren acontecimientos de importancia.
ASODEGAA, en palabras pronunciadas por este servidor en el acto de homenaje, reconoce en Monseñor Porras un excelente pastor de la feligresía, un intelectual de valía, preocupado por la educación y una persona humilde que comparte con la gente sus penas y alegrías. Es, además, un notable de sabia opinión orientadora de lo que deben hacer los estados y gobiernos para satisfacer las necesidades de las gentes, velar por la justicia y el orden social que dignifique el trabajo y la condición humana, antes de caer en la mala tentación del mandato arbitrario, injusto y no pocas veces rayanos en la tiranía.
Esto último, es precisamente, lo que el gobierno teme de Monseñor Porras. Por eso lo retuvieron y pretendieron humillarlo. Pero, son ahora más las voces y las voluntades que estamos de su lado, pues Venezuela en horas de dolor necesita muchos más valientes que contribuyan a salir de la crisis, trabajar por la reconciliación nacional y recuperar el tiempo perdido.
* Geógrafo – jvalbuena_2000@yahoo.com
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