“Venezuela no va a asumir el Mercosur, eso es seguro”, dijo Serra a periodistas tras un encuentro con líderes opositores venezolanos en el palacio Itamaraty en Brasilia.
El Mercosur atraviesa su peor crisis en años debido a que Brasil, Paraguay y Argentina se oponen a que Venezuela asuma la presidencia pro témpore del bloque en medio de la crisis política que atraviesa el país caribeño, y alegan que Caracas no ha acompasado su normativa interna a la del bloque regional.
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“Estamos buscando una fórmula, que tiene que ser encontrada, para poder llevar el Mercosur hasta diciembre y que en enero asuma el presidente (de Argentina, Mauricio) Macri”, continuó el canciller Serra, que desde que asumió interinamente las relaciones exteriores de Brasil en mayo ha adoptado un tono duro con el gobierno de Nicolás Maduro.
Serra afirmó que el ingreso de Venezuela al bloque regional en 2012 fue “a través de un golpe”, porque se produjo mientras Paraguay -que se oponía admitirlo como miembro del Mercosur- estaba temporariamente suspendido debido a su crisis política interna.
RELACIÓN CON URUGUAY
Asimismo, Serra sostuvo que las relaciones con su vecino Uruguay “volvieron a la normalidad”, después de un breve malestar por una supuesta presión de Brasil en la crisis del bloque.
El canciller uruguayo, Nin Novoa, dijo que Brasil intentó “comprar el voto de Uruguay” en la crisis por el traspaso de la presidencia del Mercosur.
Hace tres semanas, Uruguay puso fin a su semestre al frente de la presidencia del bloque regional y defendió que la asumiera Venezuela,que le sigue en orden alfabético.
Pese a la oposición de Brasil, Paraguay y Argentina, la Cancillería venezolana izó la bandera del Mercosur en Caracas la semana pasada para simbolizar el inicio de su período en la presidencia rotativa del bloque.
EL REVOCATORIO
Según publicó la agencia EFE, el canciller brasileño, José Serra, dijo hoy que si el referendo que puede revocar el mandato del presidente venezolano, Nicolás Maduro, no se realiza este año, “será una farsa completa”.
Serra recibió hoy al diputado venezolano Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional de ese país, y manifestó el “pleno respaldo” de Brasil al referendo que pudiera “poner fin” a lo que calificó de “régimen autoritario”.
El canciller subrayó que el referendo “está previsto” en la Constitución venezolana, pero sostuvo que el Gobierno de Maduro “lo quiere estirar, para en caso de perder dejar al vicepresidente” en el cargo e impedir una nuevas elecciones.
Según la Constitución venezolana, la realización del referendo puede ser solicitada cuando se cumple la mitad del mandato, lo que en el caso de Maduro ocurrió este año.
Si la consulta se realice este mismo año, deberían ser convocadas unas nuevas elecciones, pero si fuera celebrado en el cuarto año del mandato, este será completado por el vicepresidente, que en el caso de Venezuela no es electo, sino designado por el gobernante.
La oposición venezolana ya ha puesto en marcha el mecanismo, pero sostiene que el Consejo Nacional Electoral (CNE) demora el proceso, a fin de favorecer la permanencia del “chavismo” en el poder.
Florido, a su turno, pidió apoyó de Brasil “y toda la comunidad internacional” a una gran marcha que la oposición prepara para el 1 de septiembre próximo para exigir más celeridad al CNE, a fin de el referendo se celebre este mismo año.
En ese marco, Serra instó a que “todos los Gobiernos del mundo pidan que sea este año” a fin de que Venezuela “pueda dejar atrás esta fase autoritaria”.
En ese sentido, el canciller anunció que, si así fuera, Brasil está dispuesto a ofrecer “toda su ayuda”, para colaborar en lo que calificó como “reconstrucción” de un “país amigo”.
Florido también expuso la “crítica situación” de su país en relación al “total desabastecimiento” de productos básicos y, sobre todo, de medicinas, y lamentó que el Gobierno de Maduro no acepte la donación que Brasil ha ofrecido de medicamentos.
“Lamentamos que el presidente Maduro no valore esa oferta”, que el propio Serra renovó hoy para ayudar a paliar lo que consideró un “desabastecimiento cruel” de medicamentos.