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Mafias hípicas insaciables

Manuel Isidro Molina*

 

Se profundiza la crisis del Instituto Nacional de Hipódromos (INH), o lo que queda de él después de 17 años de pillerías mafiosas (cohecho, asociación para delinquir, juegos ilícitos, malversación de fondos, peculado doloso, peculado de uso y un largo etcétera), piratería y arbitrariedades de todo tipo.

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Cerrados los hipódromos de Maracaibo y Valencia, solo “La Rinconada” se ha salvado a duras penas de la peste de las sucesivas “Juntas Liquidadoras” durante los gobiernos de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros, sin solución de continuidad desde el Decreto Presidencial 422 de 1999. Todo ese desastre ha sido tolerado por la Superintendencia Nacional de la Actividad Hípica (SINAHIP), sin rubor alguno en las caras de sus sucesivos integrantes.

Sin contraloría ni cuentas claras, el INH ha ido mermando su actividad y afectando la reconocida internacionalmente cría de purasangres venezolana, hoy disminuida y significativamente en manos de nuevos ricos pudrimillonarios enriquecidos bajo el paraguas de negocios públicos de muy dudosa probidad, pues de limpios de solemnidad en 1998, han pasado rutilantemente a ser propietarios de haras y de cuadras de caballos, cuyo mantenimiento por ejemplar cuesta al menos Bs. 200.000 mensualmente.

La jugada hípica semanal, cuyos montos son un misterio total, es manejada con opacidad y discrecionalidad privada por los dueños de “Ipetote, C. A.” desde Barquisimeto, estado Lara, donde curiosamente no existe actividad hípica.

Raúl Artigas Ramírez (Datos Integrados DINSA S.A.) y José Ángel Silva, propietarios (60% y 40%) de IP Tote Venezuela, C. A. según informaciones confidenciales, habrían comprado el hipódromo privado de Ciudad Bolívar, “Rancho Alegre”, que permanecía inactivo y repentinamente reinició carreras esta semana, mientras los de Valencia y Maracaibo siguen cerrados, y el de Caracas boquea. JAS habría comprado el 50 % de las acciones al propietario original, el médico venezolano Mateo Meo Pollino, quien administra la manutención de unos 600 purasangres y ejerce especial relación con la hípica de República Dominicana. Lo que no se conoce es el monto de la negociación; y si fue pagada en bolívares como manda la legislación venezolana, o se produjo en dólares con transferencia bancaria en el exterior, práctica ilegal de saqueo de nuestra economía y legitimación de capitales a nivel internacional. ¿Quién pagó, quién cobró y a cuánto ascendió esa supuesta negociación? Debe responder la Superintendencia de la Actividad Hípica.

La Rinconada registra conflictos laborales con caballericeros, traqueadores, entrenadores y jinetes, que mantienen en ascuas las carreras de fin de semana; y los propietarios de caballos no reciben pagos de premiaciones desde marzo de este año. De los pagos de Valencia y Maracaibo, ni se habla.

La privatización enmascarada del INH con el manejo de la jugada desde Barquisimeto por la empresa DINSA S.A. – IP Tote, C. A., incluye también las apuestas ilegales (“remate de caballos”) en las tribunas, a cargo de decenas de mujeres controladas por mafias toleradas por la Junta Administradora, seguramente bajo disfrute compartido de “ganancias”, todo contra el patrimonio del INH y la recaudación del SENIAT. ¡El descaro es total, obsceno!

Los “remates de caballos” son sinónimo de “jugadas ilegales”: mafias alimentadas por las autoridades hípicas y un tinglado gigantesco a nivel nacional que incluye la “protección” vendida a los mafiosos por corruptos agentes de policías municipales, regionales y nacionales (PNB, CICPC, SEBIN, DGCIM, GNB) vinculados a oficiales de la FANB, burócratas del Estado y sus redes de testaferros.

En esa podrida “fiesta hípica” participa el “Grupo 7C” (remodeló las tribunas de La Rinconada), junto a sonoros apellidos: Dávila, Silva, Machet y Álvarez, entre otros. Estamos ante un “raspado de olla”, en el que participan funcionarios de la SUNAHIP.

Estas mafias hípicas deben ser investigadas y desmanteladas a nivel nacional, pues el sistema de “vendepagas” del INH está penetrado por delincuentes de toda laya, desde corruptos empresarios-propietarios de locales y concesionarios hasta los “banqueros” que tras bastidores operan con redes de “mujeres rematadoras de caballos” en las tr4ibunas de La Rinconada, bares y restaurantes en todo el país.

Las “vendepagas” tienen su ámbito legal bajo concesión del INH, pero la mayoría opera ilegalmente así:

1.- Venta de apuestas en taquillas distintas a las oficiales, con tolerancia del INH, la SUNAHIP y el SENIAT, cuyos funcionarios corrompidos reciben su tajada semanalmente;

2.- Remate de caballos, de mesa en mesa, sin control ni recibo alguno.

En esa actividad mafiosa intervienen garantizando “protección” policías y militares corrompidos que contribuyen a esta gigantesca estafa a la nación afectando tanto el patrimonio del INH como la recaudación del SENIAT para las cuentas nacionales.

* Periodista – @manuelisidro21 – @manuelisidroXXI

manuelisidro21@gmail.com

manuelisidroxxi.blogspot.com

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